De los besos y bromas que compartieron en 2007 Abel Caballero y Corina Porro durante el arranque de campaña quedaba ayer una frialdad sin tregua. Ni el candidato socialista ni la popular se dirigieron una sola palabra durante los 20 minutos que compartieron junto al nacionalista Santiago Domínguez en las pistas de atletismo de Balaídos. El único comentario distendido lo hizo el candidato del BNG al mencionar al presidente del extinto Progresistas Vigueses, Manoel Soto. "Falta alguien", apuntó Domínguez en alusión al mismo encuentro de hace cuatro años, cuando FARO convocó a los candidatos en la cumbre de O Castro.

La primera en presentarse a la cita fue Porro –minutos antes de las 16.30 horas–, poco después lo hacía Caballero y a continuación Domínguez. Las prisas por cumplir con la agenda electoral –todos afirmaron tener compromisos a las 17.00 horas– se notaban en el ambiente y la mirada de sus asesores. En apenas unos minutos Porro ya había terminado de posar con la bandera de Vigo y esperaba sobre la pista la llegada de sus contrincantes. "Es una falta de respeto", comentó la popular. Su queja la contestaba poco después Caballero al entrar en las pistas de Balaídos acompañado por parte de su equipo –fue el único en acudir con dos asistentes: Ana López y David Regades, jefe del gabinete de Alcaldía y número 10 en su lista– y el teléfono móvil en la mano. Tras saludar al bedel del campo una llamada telefónica le impidió dirigirse a Porro, que charlaba en ese momento con su asesora, la jefa de prensa del Puerto y número ocho en su lista, Teresa Egerique.

Con un estilo semejante al que le llevó hace cuatro años a la Alcaldía, Caballero posó luciendo el escudo de la bandera local. Porro prefirió envolverse en el estandarte y Domínguez –quien se interesó por lo que habían hecho "los otros" nada más pisar la pista– escogió la versión más sobria. Mientras el candidato del BNG sostenía la bandera siguiendo los consejos de su responsable de campaña, Denis Fernández–"que no parezca una capa de torero", señalaba a su lado–, Caballero repartía su atención entre el teléfono y su asesor. A unos metros Porro hacía lo propio con Egerique. Terminada su sesión Domínguez saludó a los candidatos socialista y popular y se dirigió con ellos a las marcas de salida. Era el momento de la foto de grupo que representa el inicio de la contienda hacia la planta noble de Praza do Rei.

Caballero, Domínguez y Porro se situaron en tres carriles de la pista de atletismo. A pesar de que los tres habían asistido a Balaídos con la idea de escenificar el inicio de la carrera electoral, sus posturas eran rígidas y ninguno amagó con avanzar posiciones. "¡Que es una carrera!", bromeó el fotógrafo. El comentario ablandó las poses pero no rebajó la tensión: Domínguez se situaba entre Caballero y Porro, que se repartían respectivamente a su derecha e izquierda. "Ellos pueden empezar a correr que yo les sigo", ironizó el nacionalista desde su posición intermedia. El ansia por terminar el encuentro alcanzó su máximo punto al realizar la foto de grupo con la bandera. "Mira que son exigentes", sentenció Caballero entre risas. Terminado el encuentro –fue necesario que los tres candidatos se pusieran de acuerdo para sujetar el estandarte debido a la fuerza del viento–, Porro se excusó y abandonó Balaídos corriendo. "Traedme un vaso de agua", pidió la popular al inicio de su siguiente acto minutos después en la calle Areal.

Cuando Porro apenas había salido de la pista de atletismo Caballero tomó la bandera de Vigo y se la colocó a modo de capa. "Sacadme la foto ahora y os ahorráis la del 23 de mayo", bromeó en presencia de su equipo y Domínguez. La ausencia de la candidata popular y la chanza de Caballero rebajó la tensión en Balaídos. Las prisas que socialistas y nacionalistas habían mostrado hasta ese momento para poder cumplir con sus compromisos electorales se desvanecieron. Caballero y Domínguez se apartaron a una esquina del campo y charlaron durante unos minutos, llegando incluso a bromear sobre sus horarios de campaña. "Mi agenda empieza a las nueve de la mañana, pero la de Caballero lo hace a las siete", comentó entre risas Domínguez mientras caminaba hacia la salida de la pista de atletismo. La charla entre ambos todavía duró unos minutos fuera del campo.