Su estética modernista le valió en 1934 al edificio diseñado por el arquitecto Romualdo de Madariaga en Porta do Sol el sobrenombre de “Plancha Madariaga”. Pocos repararon entonces en que sobre la fachada sobria y lisa que tanto disgusto causó en el Vigo republicano, el arquitecto había dispuesto un juego de azulejos emulando los colores de su Cantabria natal. “El edificio no gustó nada y eso que la combinación de formas es genial”, apunta el arquitecto José Antonio Martín Curty.

La cubierta del inmueble Salgueiro -nombre de la construcción- es uno de los mejores ejemplos del patrimonio artístico que pende de los tejados de Vigo. Basta una panorámica de las avenidas García Barbón y Policarpo Sanz para descubrir parte del tesoro arquitectónico de la ciudad.

La cúpula de mayor interés se encuentra para Curty en el Banco de Galicia. “Data de 1897 y fue el primer edificio del arquitecto de origen polaco Michel Pacewicz, quien lo diseñó para el farmacéutico Enrique Acuña Soage”. Su remate es el más antiguo de toda la avenida y goza de historia propia: Pacewicz lo ideó como una esfera recubierta con escamas de cinc y coronada por un orbe. Tras convertirla en su sede, el Banco de Galicia decidió en los años setenta reformar su remate y pintó la cúpula con asfalto bituminoso. “El resultado fue horrible”, recuerda Curty. “Destrozaron el conjunto y a raíz de las protestas ciudadanas la entidad optó por cubrir la esfera con escamas de cobre”. El orbe nunca se recuperó.

A escasos metros se levanta el edificio “Moderno”. Pacewicz trazó sus planos en 1897 basándose en los almacenes parisinos de Au Printemps, pero la historia fue poco respetuosa con su trabajo. En 1977 Desiderio Pernas modificó el diseño original para convertirlo en apartamentos y eliminó la cúpula de cerámica coloreada del arquitecto polaco. La decisión de Pernas -“nefasta” según el experto en Arquitectura Jaime Garrido, “espantosa” en palabras de Curty- sustituyó los azulejos por la actual mezcla de cemento hidrófugo rematada por un cimborrio de resina.

Mejor suerte corrió la cúpula del actual Hotel NH Palacio de Vigo. En 1904 Pacewicz trazó cuatro viviendas para la familia Oya que con el tiempo se unirían para acoger el hotel. Cuando en los años noventa se planteó su recuperación el estudio encargado optó por combinar la estética neomedieval de la fachada con una apuesta innovadora en su remate. “Es una reforma acertada que diferencia la parte original de los añadidos”, sentencia el doctor en Historia del Arte José Ramón Iglesias. Fruto de esa “combinación” se puede contemplar ahora la moderna cristalera superior del hotel sobre una fachada de principios del XX.

Al de Pacewicz se une el nombre de Manuel Gómez Román. Tras licenciarse en Madrid este arquitecto diseñó en 1918 la sede del Banco de Vigo, que pasaría a ser la del Banco Pastor desde 1928. Ésta presenta una cúpula decorada en su clave con una estatua de Hermes, dios del comercio. “En su coronación destacan dos pináculos geométricos con decoración vegetal”, recuerda Iglesias. Su interés es similar al del Teatro García Barbón, que Antonio Palacios diseñó en 1913 basándose en la Opera de Charles Garnier (París). Aunque su impresionante cúpula está decorada con las estatuas equinas instaladas por Pernas en los años setenta -suya es también la cubierta de cobre, criticada entonces por parecer “una nave industrial”-, la intención inicial de Palacios era instalar “un impresionante conjunto escultórico” que tumbó la falta de presupuesto, aclara Curty.

Dos décadas después de que Palacios firmase los planos del García Barbón, Francisco Castro hacía lo propio con el edificio Sanchón. “Su remate es interesante porque refleja bien la etapa del Racionalismo de la década de los treinta y los cuarenta”, explica el experto, quien reconoce el parecido de la parte superior con “una portería de fútbol”. También destaca por su interés la Escuela de Artes y Oficios, que Pacewicz diseñó en 1897 siguiendo las instrucciones de su maestro Paul Abadie, autor de la iglesia del Sagrado Corazón de Montmartre (París). “La cubierta es sencilla, pero es la única neobizantina de Vigo”, explica Curty.

Hotel Moderno - Policarpo Sanz con Carral / 1897

El edificio “O Moderno” recibe su nombre del hotel que albergó durante décadas. Para diseñarlo el arquitecto francés de origen polaco Michel Pacewicz, autor de varios de los inmuebles emblemáticos de la milla de oro del centro de la ciudad, se basó en los Almacenes Au Printemps de París, aunque se realizaron modificaciones diseñadas por Desiderio Pernas en los años setenta. En origen su cúpula estaba decorada con cerámica de colores, pero la que es visible ahora está cubierta por cemento hidrófugo y un cimborrio de resina que emula al original. Esa actuación supuso para el arquitecto y director del Instituto de Estudios Vigueses, José Antonio Martín Curty, “la desaparición de la cúpula más importante de la ciudad”.

Sede de Novacaixagalicia - García Barbón-Colón / 1947

La sede central de Caixanova, en la confluencia de la Avenida García Barbón con Colón y Policarpo Sanz, es ahora la operativa y de negocios de Novacaixagalicia. El edificio responde a la estética de posguerra y es obra de Gaspar y José Blein Zarazaga, quienes, tras ganar el concurso convocado por la caja en 1947, redactaron el proyecto junto al arquitecto Arturo Cominges Tapias. La entidad financiera decidió readaptar el inmueble y ultima una nueva cubierta que emula el mar mediante la instalación de láminas de metal con formas onduladas. Aunque todavía se desconoce el plazo definitivo de finalización, los viandantes pueden atisbar la innovadora apuesta estética desde García

Barbón.

Casa Acuña Soage - Policarpo Sanz, 23 / 1897

Obra del arquitecto polaco Michel Pacewicz, la Casa de Acuña Soage -actual Banco de Galicia- presentaba en origen una cúpula recubierta con escamas de cinc y coronada por un orbe. En los años setenta la entidad financiera decidió reformar el conjunto y pintó el remate con asfalto bituminoso. Las protestas ciudadanas llevaron a recuperar la estética original y optar por un recubrimiento de escamas de cobre.

Casas de Oya - García Barbón, 15-17 / 1904

Aunque en origen eran cuatro viviendas independientes ideadas por Pacewicz, las conocidas como “Casas de Oya” constituyen en la actualidad un único edificio que alberga el Hotel NH. Su cúpula es un ejemplo de recuperación para los arquitectos de la ciudad, ya que prescinde de los pastiches y apuesta por diferenciar los añadidos de la parte original. En la actualidad destaca su cristalera superior, visible desde la Avenida García Barbón.

Banco de Vigo - Policarpo Sanz-Colón / 1918

Obra de Manuel Gómez Román, el Banco de Vigo -Banco Pastor desde 1928- muestra la faceta urbana e internacional de su autor, en contraposición con sus edificaciones rurales. La cúpula del inmueble está recubierta con escamas de cinc y su clave se halla decorada con una estatua del dios clásico del comercio, Hermes. Destacan también sus dos pináculos geométricos y la decoración vegetal que lo ornamenta.

Edificio Simeón - Porta do Sol, 6 / 1906

El Edificio Simeón, diseñado por Manuel Gómez Román, constituye el mejor ejemplo del modernismo vigués. Sus obras de cantería se realizaron bajo la dirección del constructor Antonio González Romero. De su cúpula destaca la cubierta de estilo francés, recubierta originalmente con cinc, y su estética enmarcada en el modernismo catalán, con una predominancia de motivos vegetales visibles en toda la fachada.

Teatro García barbón - García Barbón, 71 / 1913

Construido a raíz del incendio que calcinó el teatro Rosalía de Castro en 1910, el Centro Cultural Nova Caixagalicia, aún conocido popularmente como Teatro García Barbón, es uno de los grandes proyectos de Antonio Palacios. El arquitecto porriñés había diseñado una gran cúpula con motivos escultóricos que no se llegó a realizar por falta de fondos. Pernas añadió la cubierta en cobre y las esculturas equinas que la coronan.

CASA Bárcena - Policarpo Sanz 24-26 / 1884

Edificio diseñado por Jenaro de la Fuente, su rehabilitación entre 2000 y 2004 corrió a cargo de Cominges y De la Puente. Su cúpula original era sencilla y destacaba por la coronación ornamental de la fachada con los adornos florales presentes en los edificios de Jenaro de la Fuente. Tras la ampliación se instaló una cubierta inclinada con acabado de chapa de cobre hacia las calles Policarpo Sanz y Velázquez Moreno.