Las denuncias de los vecinos de la calle Eduardo Chao por la situación de inseguridad en el barrio surten sus primeros efectos. La vigilancia se ha intensificado, –aunque para los afectados sirve de poco "porque no se practican detenciones"–, y el alcalde, Abel Caballero, anunció ayer que se incluirá la zona entre las declaradas protegidas por la ordenanza de ocio, lo que supone la prohibición de hacer botellón o cualquier concentración en la calle que "altere gravemente la convivencia ciudadana". Actualmente tienen esta condición la calle Joaquín Loriga, y en la parte baja del Casco Vello la Praza da Pedra y su entorno. Los portavoces vecinales de la calle Chao consideran que la medida anticipada por Caballero "es una mejora, pero no la solución", y reclaman que se extienda el veto a toda la zona histórica.

El subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, se reunió ayer con el alcalde y con los mandos de la Policía Nacional y Local para abordar la situación en la calle Chao. Los vecinos, que han constituido una plataforma de afectados, organizaron la semana pasada una rueda de prensa denunciando la inseguridad en el barrio. Lo hicieron encapuchados, alegando miedo a represalias. Un día después una de sus portavoces sufrió una agresión.

Delfín Fernández sostiene que "no se dan los elementos como infracciones penales o lesiones de gravedad como para decir que hay un problema grave de seguridad ciudadana, pero sí existe una situación de personas que se reúnen y están en situación de marginalidad, exclusión social o consumen drogas". El subdelegado afirma que la Policía "no regateará ningún esfuerzo para mantener la vigilancia permanente y coordinada". Caballero, por su parte, defendió que "hay que actuar de forma inmediata, porque se da una situación de alarma social, y no se escatimarán medios para devolver el clima de normalidad".

Los vecinos se muestran escépticos y advierten de que ya han dado "margen suficiente". "El lunes día 11 mantendremos una reunión para proponer una acción esa misma semana. El efecto mediático será superior al de la rueda de prensa", avisan sus portavoces. Estos replican a Fernández que hay "incidentes todos los días, amenazas de muerte, robos, tráfico de estupefacientes e incluso hubo una paliza". Acusan al Concello de propiciar que el Casco Vello se convierta "en un gueto".