Corría el 21 de julio de 1936, quinto día de rebelión militar, cuando 60 soldados del levantamiento realizaron el primer asalto a las barricadas formadas en el barrio de Lavadores, ya prevenidas para resistir el inminente alzamiento y la consecuente e imperiosa lucha en la calle para defender el sistema republicano. Os Choróns, O Seixo y O Calvario fueron las tres grandes vértebras de insumisión a los militares sublevados, concentrando su fuerza en O Calvario por temor a desplazarse por la ciudad y recibir disparos enemigos desde los balcones.

El primer asalto del bando nacional a las barricadas de la zona se llevó a cabo en Os Choróns, donde los resistentes lanzaron bombas caseras al enemigo sin más resultado que su propia muerte. En O Seixo la trama fue distinta pero el desenlace el mismo: los defensores de la República, huyeron a esconderse en el monte, y fueron cayendo durante los años sucesivos. El tercer frente, el "clave", mantuvo la defensa hostigando a los soldados desde los tejados del mercado y otros edificios circundantes, aunque para estos "valientes" corriese la misma suerte que para sus compañeros.

Justo allí, en la plaza del mercado de O Calvario, donde una centena de mecánicos, pescadores o carpinteros perdió la vida en defensa de sus principios, se alzó y descubrió ayer una escultura que conmemora su resistencia en las barricadas durante esos primeros días del levantamiento. "Fiestra á liberdade" es un monolito de granito en el que su creador, Francisco Pazos, grabó las huellas de dos pies y dos manos que sugieren a una persona intentando alcanzar una ventana en la parte superior, la "libertad". En la otra cara se representa una cadena quebrada, el régimen que "impuso la muerte de tantos familiares y amigos", expresó la representante de la Asociación Pola Memoria Histórica que organizó el acto, Amalia Collazo. Vecina de Lavadores, Collazo rindió tributo "a toda la gente que caminó por esta calle con una vida herida a sus espaldas" porque perdió a los que "simplemente creían que su ideología servía para construir".

Rodeados de un centenar de personas y varias banderas republicanas, descubrieron la escultura el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, y el concejal de Cultura, Xesús López, que manifestaron que "un régimen como el de Franco debería ser unánimemente condenado". Ambos reafirmaron la necesidad de "retirar la cruz de O Castro" y trabajar para "recuperar la memoria histórica".

Puso fin al emotivo acto un recital de la banda de música de Valladares. "Los nuestros sí que son Vigueses Distinguidos", concluyó la representante de la Asociación Viguesa pola Memoria Histórica.