La relación entre Povisa y el Sergas vivió ayer un nuevo capítulo de enfrentamiento. El acuerdo a la hora de firmar el nuevo concierto parece muy lejano a la vista de las posiciones de uno y otro, que se traducen en un duro intercambio de mensajes públicos. Después de que Sanidade emitiese un comunicado en el que aseguraba que la dirección del hospital le había reconocido "contactos con otras empresas" y atribuyese el retraso en la renovación del convenio a la posibilidad de que la empresa tuviese "otras prioridades", el consejero delegado del centro sanitario, José Bernardo Silveira, envió ayer una carta a los trabajadores para aclararle la situación y desmentir una por una las declaraciones vertidas por el Sergas. "Estamos ante una estrategia claramente desestabilizadora con un objetivo claro de crear incertidumbre en el principal activo de este hospital, sus profesionales, y que se une al juego de presiones que venimos sufriendo en los últimos tiempos", les explica Silveira, quien se pregunta si la exigencia de justificar el gasto en farmacia para cerrar 2010 no es una excusa más "para demorar los pagos e intentar asfixiarnos financieramente". "¿Por qué ahora se pide una información que está a disposición de la inspección farmacéutica a través del sistema informático?", traslada a la plantilla el responsable de Povisa, una empresa que no se caracteriza por sus réplicas públicas a las administraciones.

Tras los sucesivos desencuentros entre las partes –discrepancias en las condiciones para renovar el concierto y el retraso en el pago de las mensualidades –, una información de un periódico nacional en la que se aseguraba que el hospital negociaba su venta ha sido la gota que ha colmado el vaso. La empresa reitera que es "absoluta y rotundamente falso" y se lo quiere dejar claro a sus 1.500 empleados. "Ni que decir tiene que jamás hemos tenido contactos con otras empresas, como sugieren [por Sanidade] que se reconoció, más allá de los típicos y normales entre empresas de un mismo sector con intereses comunes", aclara la misiva.

¿Oferta de 2010?

En el escrito, de cuatro páginas, Silveira desmiente de forma tajante las declaraciones de la propia consellería. Así, en relación a la reunión que mantuvo el propio Silveira con la gerente y el director de Recursos Económicos del Sergas el jueves para supuestamente abordar el cierre del 2010 [la última cláusula firmada es la de 2009] y la prórroga vigente, el consejero delegado niega que el Sergas le haya pedido explicaciones –como apuntó la Administración gallega– en relación a esa presunta negociación para subcontratar sus servicios sanitarios. "No hemos recibido ninguna llamada ni comunicado del Sergas, ni de la Consellería de Sanidade ni de la delegada de la Xunta en Vigo", sostiene Silveira, que acusa al departamento autonómico de "intoxicar informativamente" a la opinión pública.

Aunque la reunión fue entre la dirección del hospital y el Sergas, sus versiones son radicalmente opuestas. No coinciden en nada. Mientras la Administración enfatiza la oferta realizada al centro sanitario para cerrar la cláusula de 2010 –importe del año 2009 más IPC de 2010 y el gasto en farmacia, menos la actividad no realizada –, el hospital defiende que "en ningún momento se presentó oferta alguna de cierre por parte del Sergas". "¿A qué se debe ese cambio repentino de criterio respecto al supuesto informe jurídico que dicen tener y en base al cual han hecho los pagos mensuales de 2011?", se pregunta Silveira en alusión a la reducción de 700.000 euros en cada mensualidad del concierto al aplicar la consellería el importe del año 2000, más actualizaciones de IPC desde entonces, por tratarse de una situación de prórroga, según las explicaciones de Sanidade. "¿Era una simple estrategia intimidatoria para que aceptásemos el cierre que nos proponían y entrar en pérdidas cuantiosas que comprometiesen nuestra viabilidad como empresa?", apunta entre interrogantes Silveira.

Considera que las declaraciones de Sanidade "en nada se ajustan a la realidad" de lo tratado el pasado jueves. "Jamás los representantes del Sergas me transmitieron que su objetivo prioritario fuesen ni los pacientes ni los trabajadores", aclara el directivo del grupo Nosa Terra. "También ha sido tras la lectura de la prensa de hoy [por ayer] cuando me he enterado de que me propusieron descontar la supuesta "actividad no realizada" o que "el incremento de la lista de espera es injustificado", ironiza, ya que, a su juicio, el Sergas "debería conocer el déficit presupuestario histórico de financiación de la población asignada a Povisa, por cierto, reconocido en dos sentencias del TSXG y ratificadas por el Supremo", esgrime.

En este sentido, Silveira recuerda la época del bipartito, cuando se pactó un programa especial de reducción de listas de espera, "y que tan buenos resultados dio", apostilla. El directivo recuerda que ese plan fue eliminado en junio de 2009 por la actual Administración sanitaria. Eso explicaría, según afirma en la carta, el aumento de las demoras sanitarias en el último semestre de 2009 porque "no se reconoció el exceso de actividad realizado de enero a junio".

Múltiples retrasos

Desde Povisa atribuyen al Sergas una "estrategia" para "desestabilizar" al hospital y "crear incertidumbre" entre sus trabajadores. Además, entienden que su actitud ha sido la causante del retraso en iniciar las negociaciones del nuevo concierto, de la falta de avances en las reuniones, de la demora de dos meses en la convocatoria de la última reunión, la negativa a firmar la cláusula de farmacoterapia de 2010 [al margen del concierto], las "trabas de última hora" para abonar el importe de dicha cláusula, el retraso en la liquidación de 2010, la "negativa" a expedir certificaciones mensuales de 2011, el retraso en el abono de los meses de enero y febrero de este año, que mantuvo en vilo a los trabajadores durante unos días al paralizar la dirección las nóminas por la deuda del Sergas, etc.

Una relación que, según Povisa, explica el estado de las negociaciones, en las que tampoco faltan "los errores y los sesgos introducidos en el cálculo de la cápita media gallega" por parte de Sanidade. Y es que el departamento de Farjas justifica que la media de gasto por paciente y año en los hospitales gallegos es de 618,5 euros. "Le entregamos un informe en la reunión del miércoles en el que demostramos los errores (involuntarios o no) en los que se incurrió en el cálculo de la tan repetida cápita media gallega. Parece existir algún alumno aventajado de Goebbels empeñado en convertir verdad una mentira a base de repetirla innumerables veces", relata con sarcasmo el máximo responsable de Povisa.

A pesar de todo este "ya cansino conflicto", como lo define Silveira, "el grupo Nosa Terra reafirma su compromiso con el hospital, apostando como por "la calidad asistencial y seguridad de los pacientes, por la eficiencia y por el desarrollo profesional de nuestros trabajadores". Por eso lanza un mensaje de "tranquilidad" a plantilla, proveedores, clientes y pacientes, "quedando a disposición del Sergas para retomar la senda del diálogo confiando en un rápido desenlace y firma de un nuevo concierto que sea ventajoso para todas las partes implicadas", concluye.