La capital histórica y arquitectónica de Vigo se encuentran donde su memoria, en el cementerio de Pereiró. Desde que el arquitecto Jenaro de la Fuente firmó en 1897 el proyecto de la necrópolis para sustituir el saturado cementerio del Picacho, sus 40.000 metros cuadrados se han ido llenando de mausoleos que ligan las grandes sagas de la historia viguesa con lo mejor de la arquitectura local. Consciente de ese valor, la concejalía de Patrimonio ofrece desde ayer un itinerario guiado por el recinto con el que pretende completar la exposición "Vigo, século XIX: o nacemento dunha cidade" que el museo de Castrelos acoge desde hace una semana. "Queremos darle a Pereiró en Vigo el mismo valor que tienen el cementerio de Chacarita en Buenos Aires o el de Père-Lachaise en París", explica el edil de Patrimonio, Eudosio Fernández.

La visita tiene una duración de 60 minutos y se dividie en siete partes que ofrecen a los interesados un "recorrido temático" por el camposanto. "Les introducimos en el valor de los cementerios, su importancia durante la Reconquista o la guerra de Cuba y dónde están los principales benefactores de la ciudad", apunta el encargado del programa, Pedro Cordón. Esa perspectiva histórica se enriquece con los mausoleos de José García Barbón, Policarpo Sanz, Jenaro de la Fuente o los pioneros del cine gallego Cesáreo González y José Gil. A pesar de morir en la más absoluta miseria, éste último descansa, en palabras del director del Instituo de Estudios Vigueses, Martín Curty, "en uno de los conjuntos escultóricos más espectaculares del camposanto".

De Pereiró importa la historia que acoge, pero también el arte que aflora en sus paseos. La pieza más representativa la constituye el monumento dedicado a Concepción Arenal, "una de las mejores obras del modernismo gallego", según el doctor en Historia del Arte, José Ramón Iglesias. A pocos metros del conjunto está la capilla proyectada por Jenaro de la Fuente por encargo de José Elduayen o el primer panteón diseñado por el arquitecto parisino Michel Pacewicz. El interés de Pereiró traspasa lo visible y alcanza incluso lo que, para Jaime Garrido, "se quedó en el papel". Este estudioso de la arquitectura viguesa alude en su obra Vigo, la ciudad que se perdió a una inmensa galería de enterramientos con 1.140 nichos y cinco pisos que su autor, Jenaro de la Fuente, nunca llegó a construir. A ella se sumarían los planos de un "monumento funeario o panteón a los soldados repatriados de Ultramar", firmado en 1902 por de la Fuente y que debido a su alto coste no llegó a realizarse.

"El cementerio de Pereiró es uno de los más importantes de Galicia por la calidad de sus panteones y los arquitectos de primera fila que trabajaron en sus mausoleos", explica Martín Curty. De opinión similar es José Ramón Iglesias, quien apunta que "todo el camposanto se puede considerar como una gran obra de arte escultórica-arquitectónica de valor incalculable."