Aprovehar la energía que generan pequeños molinos eólicos ubicados en distintas partes de la ciudad para que sea este tipo de energía la que abastezca al alumbrado público en lugar de la electricidad. Es el objetivo del proyecto que la próxima semana comenzará a ensayar el Concello y que, de ser satisfacotrios los resultados, se llevaría a aquellas zonas urbanas susceptibles de su instalación.

El primero de los "molinos" está ya ubicado en la parroquia de Matamá, y servirá para el alumbrado público de la calle Manuel Cominges, que se encuentra en proceso de humanización. Se trata de una instalación "mineólica", con una potencia de 3.500 voltios, que puede llegar a generar 5.840 kilovatios por hora.

Esa energía servirá para el alumbrado público de toda la calle. Fuentes municipales indicaron que "se trata de una experiencia piloto, de la que extaeremos todos los datos y analizaremos si es conveniente para otros lugares de la ciudad; el ahorro en dinero de estas instalaciones es lo menos importante, porque lo que pretendemos es constatar que este tipo de energía sirva para Vigo".

Las demás instalaciones que están previstas en el plan de ensayo se ubicarán en el aparcamiento de Samil –otro aerogenerador de 3.500 voltios de potencia–, Vigozoo –con similares características– y el recinto de la ETEA. Este último dispondrá de mayor potencia, casi el doble, con 7.500 vatios.

El cálculo realizado por los técnicos municipales y los ingenieros de la sociedad que distribuye los minigeneradores eólicos indica que la potencia total instalada con las cuatro torres será de 18.000 vatios, que generarán 30.034 kilovatios por hora.

El ahorro que obtendrá el Concello al aprovechar la energía eólica en estos cuatro puntos no es elevado, aunque sí significativo dada la potencia que desarrolla cada uno de ellos. Por ejemplo en la calle Manuel Cominges de Matamá, se ahorrará una cantidad de 1.200 euros al año. Y en total, entre las cuatro instalaciones que forman parte del programa piloto de experimentación, el ahorro será de unos 6.000 euros anuales.

Doble funcionamiento

Las instalaciones en los lugares donde se ubican están diseñadas para que cuando no se registre viento, las zonas a las que sirven no se queden sin fluido eléctrico en el alumbrado público.

Para ello hay un sistema que detecta cuándo el umbral de producción de energía por el viento ha llegado a cota mínima,y se conecta inmediatamente a la red eléctrica, para mantener las luces de las calles o de los recintos públicos en funcionamiento.

No obstante, dados los emplazamientos elegidos para el programa piloto, serían pocas las ocasiones en que se produjese una ausencia completa de viento, que provocase la conexión a la red eléctrica del alumbrado.