Es imposible preservar lo que no se conoce. Con esta meta nació hace varios años la asociación Axena, integrada por un grupo de jóvenes de diferentes disciplinas, desde la biología a las nuevas tecnologías, que se han propuesto estudiar y divulgar la biodiversidad de Galicia para contribuir a su conservación. Uno de sus últimos proyectos es el inventario de los vertebrados que habitan las cuevas graníticas del norte peninsular, entre ellas, las de O Folón y A Porteliña, a los pies de la sierra de O Galiñeiro.

En este estudio colaboran con el Club Espeleolóxico Maúxo de Vigo, que acumula casi dos décadas de experiencia y forma parte de las federaciones gallega y española. "Ellos llevan muchos años trabajando en estas cuevas de importancia europea y mundial. En 2012 organizarán un congreso en Tui y presentarán una publicación con datos de nuevas grutas que nos han propuesto completar con información sobre la fauna que habita en ellas", explica Xurxo Gago, presidente de Axena.

Este estudio inédito se limita a los vertebrados y los residentes más comunes de estas cavidades graníticas son los anfibios, como la salamandra o el tritón ibérico, y los murciélagos. "Las cuevas tienen un valor muy especial porque son lugares de cría, ya que no hay mamíferos depredadores ni pájaros, y además son de gran importancia para la saramaganta, una especie endémica de Galicia y Portugal. La mayoría de la fauna está vinculada a los cauces de agua que transcurren por las grutas", comenta Gago.

Esta importante catalogación se realiza además dentro del proyecto Sare del Ministerio de Medio Ambiente, cuyo objetivo es la elaboración del censo de todos los anfibios y reptiles a lo largo de la geografía española.

A pesar de su interés, muchas de las galerías subterráneas del noroeste ibérico todavía no han sido cartografiadas ni topografiadas, de ahí que tampoco se manejen datos de la fauna que vive en ellas: "Es peligroso acceder a estas cuevas y se necesitan conocimientos técnicos. Los espeleólogos tienen experiencia y formación para ello, pero carecen de conocimientos para hacer trabajos de carácter biológico".

El equipo ya realizó un primer muestreo en el otoño y ahora deberán esperar a que mejoren las condiciones meteorológicas, ya que en invierno el agua que circula por las cuevas desciende a temperatura gélidas y las condiciones de trabajo y seguridad son "muy extremas".

Las grutas se convierten en "auténticos laberintos" y los biólogos deben atravesar huecos que apenas tienen capacidad para una persona y así avanzar por las galerías. "Es como colarse por el hueco que ocupa una baldosa", ilustra Xurxo Gago.

Quienes deseen comprobar las dificultades que supone el acceso y la catalogación de la fauna de las grutas pueden contemplar el vídeo colgado en el blog de la asociación (blogueiros.axena.org) sobre una expedición a las cuevas de O Folón, por cuyo interior transcurre el río Rega y llega a formar una cascada. El título del documento, "Tres horas en el gran inframundo", ya da idea de los inconvenientes que supone el descenso a estos desconocidos espacios naturales no aptos para personas claustrofóbicas.

Además de este inventario, el colectivo cuenta con un documento on line sobre anfibios de la península que incluye vídeos explicativos y tiene en marcha un proyecto para grabar tramos submarinos en las cuevas de O Courel, también de origen granítico, en colaboración con el blog Ecología Azul. En esta iniciativa también se contempla el estudio del fauna y la realización de topografías.