Fomento merma la seguridad en la estación de tren. El tijeretazo presupuestario para 2011 aplicado por el Ministerio de José Blanco afecta también a la vigilancia en la terminal de Renfe. El escáner de equipajes instalado hace cinco años y que costó más de 20.000 euros (45.000 según la Confederación General de Trabajadores) se suprimió el pasado 1 de enero, cuando se tapó con una lona negra y dejó de utilizarse. El recorte va más allá. Desde esa misma fecha solo un vigilante jurado patrulla la estación en cada turno (mañana, tarde y noche), frente a los dos que lo hacían hasta el año pasado. Las mismas medidas se aplicaron en Santiago y A Coruña.

El dispositivo de rayos X se ubicó en 19 terminales españolas en 2006, casi dos años después del fatídico atentado terrorista en la estación madrileña de Atocha. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) invirtió entonces casi 400.000 euros en la instalación de todos los escáneres. Fuentes oficiales del organismo dependiente de Fomento se limitan a decir que tanto su supresión como la reducción del número de vigilantes responde a una "reorganización de los servicios". Garantizan, sin embargo, que la seguridad no se verá mermada. "La medida no supondrá la disminución de los estándares de calidad de dicho servicio", afirman.

La Confederación General de Trabajadores rechaza la medida y cifra en 15 los vigilantes despedidos en Galicia (tres en Vigo). Los sindicalistas no comparten que el nivel de seguridad en la estación sea ahora el mismo, como defiende Adif. "La tasa de seguridad actual se instauró precisamente cuando se incrementó el personal y las medidas de seguridad en las estaciones, entre otras el escaneo por rayos X, justamente las que ahora se eliminan", argumentan.

La colocación del escáner contó con detractores desde su instalación. La supervisión de los equipajes no se realizaba en todos los trenes, sino solo en los de larga distancia (Madrid, Barcelona y Bilbao). Según pudo saber este periódico, las críticas llegaron incluso desde altas instancias de Renfe, que dudaban de su efectividad al no instalarse en estaciones intermedias. "Si alguien quería subir con un artefacto explosivo no lo podía hacer en Vigo, pero sí en Redondela", ejemplifican.

500 quejas de usuarios

Más de medio millar de usuarios presentaron reclamaciones desde 2006, la mayoría por la imposibilidad de que los acompañantes de viajeros pasaran por el escáner para acceder al andén para ayudarles con las maletas.

Por otra parte, el pasado mes de diciembre dos de los vigilantes de la estación sufrieron una paliza de un grupo de jóvenes. Según fuentes cercanas a Renfe, uno de los viajeros no había pagado el billete y cuando el vigilante le solicitó que se identificará, este se negó y se inició la trifulca. Uno de los agentes tuvo que ser hospitalizado. El otro, que también sufrió heridas, logró escapar y avisar a la Policía.