El despiste y la casualidad están detrás de la primera denuncia en Vigo por incumplimento de la Ley Antitabaco. Un cliente habitual de una cafetería de la calle López Mora encendió un pitillo por costumbre mientras estaba sentado al lado del ventanal y su gesto, que el dueño del local ni siquiera tuvo tiempo de reprimir, sí fue detectado por el policía que casualmente se encontraba en ese momento al otro lado del cristal ejerciendo sus funciones. El agente entró en el establecimiento y procedió a denunciar al ciudadano, que ahora deberá abonar una sanción de hasta treinta euros por tratarse de un incidente aislado.

El propietario de Euro-Pool, Tino García, atribuye la multa a la "mala suerte". "Algunos clientes entran despistados, pero les avisas y salen a fumar. No hay mal rollo, sino mucha colaboración. Pero en esta ocasión yo estaba de espaldas a esta persona, haciéndole el café, y no vi que encendía el cigarrillo", explicaba ayer.

El afectado, según la versión del propietario, se disculpó ante los agentes y les explicó que todo había sido fruto de su distracción, pero la denuncia ha sido formalizada y ahora se le dará traslado al Gobierno autonómico, que es el que tiene competencias para sancionar.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la tarde del pasado lunes y, al cierre de esta edición, ni la Policía Local ni la Oficina Municipal de Información al Consumidor tenían constancia de nuevas denuncias.

La recién estrenada Ley Antitabaco prevé sanciones para los responsables de los establecimientos, pero el dueño de la cafetería Euro-Pool, según sus propias declaraciones, no será multado porque, al estar de espaldas al cliente, no pudo percatarse de que éste encendía un cigarrillo.

Aun así, el ciudadano denunciado, un hombre de mediana edad que se encontraba acompañado en el momento del incidente, regresó posteriormente al local para interesarse por la suerte del propietario: "Después de la denuncia se fue, pero volvió más tarde para preguntarme si me habían multado y pedirme disculpas".

La cafetería Euro-Pool, situada en el entorno de la Comisaría de la Policía Nacional, ha instalado ceniceros en la calle para uso de los clientes fumadores y en los billares que forman parte del local el tabaco ya estaba prohibido desde hace tiempo.

"Yo he sido fumador durante cuarenta años y me retiré hace cinco. Entiendo a unos y a otros, pero la medida me parece bien. Aunque al principio debería ser suficiente con dar un aviso a la gente", opina el propietario.