El pistoletazo oficial para las celebraciones de la Navidad se dio ayer por la tarde en la Porta do Sol. Una vez que se hizo de noche se procedió al tradicional encendido con el que, de golpe se conectaron todos los arcos luminosos repartidos por cuarenta calles del casco urbano y de las parroquias.

Fue el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, el que se encargó de dar el visto bueno para que se produjese el encendido. Antes, un grupo de títeres animaron la presencia en la céntrica plaza viguesa de cuantos desafiaron al frío para asistir al evento. Padres con sus hijos, jóvenes y ciudadanos que pasaban por la zona en ese momento asistieron al tradicional evento. Las actuaciones continuaron después, una vez que todo el alumbrado estaba ya conectado.

Una iluminación navideña que concluirá el próximo 6 de enero, cuando la partida de los Reyes Magos ponga fin, un año más, a las fiestas navideñas.

Con un presupuesto de 200.000 euros –el mismo del año pasado por motivo de la crisis económica– se han alumbrado las mismas zonas, de acuerdo con las asociaciones de comerciantes de cada uno de los núcleos urbanos.

Diseño

Aunque el diseño es parecido en casi todos los lugares, la mayor atracción la supuso ayer por la tarde la iluminación de la calle del Príncipe, donde tradicionalmente el decorado luminoso es mucho más vistoso. Original también la especie de pirámide de la Porta do Sol, con la "pancarta" de luces desde el monumento del Sireno hasta la fachada del edificio El Moderno.

La principal novedad este año la constituye la iluminación de calles que el año pasado no fueron engalanadas por encontrarse en obras, tanto de humanización como de construcción de parkings. Es el caso de las avenidas de Castelao y de Castrelos, en la zona de As Travesas.

Otro de los lugares que se ha cuidado especialmente es la plaza de América. Allí, desde hace años, la asociación de comerciantes de Travesas celebra el cotillón de la campanadas de Año Nuevo. De ahí que la iluminación navideña en la plaza tenga un especial realce.