Las obras de humanización de la calle Celso Emilio Ferreiro han revelado la existencia de un antiguo foso defensivo, posiblemente de la época castrexa según los arqueólogos, al pie de la ladera este de O Castro. Los expertos que realizan el control de las excavaciones encontraron el jueves varios restos de ánforas romanas, datadas en el siglo I d.C., y descubrieron que estaban depositadas en una antigua cavidad. La zanja, indicaron ayer los especialistas, tenía como finalidad proteger el poblado, El hallazgo abre la puerta a otros mayores en una zona del monte apenas estudiada hasta ahora, ya que en la pared excavada son visibles más piezas de cerámica. "Probablemente la zanja se recicló como un vertedero de ánforas", señalaba uno de los técnicos. La arqueóloga municipal considera que podrían descubrirse, si se amplía la excavación, ánforas enteras o fragmentos de mayor tamaño que permitirían recomponer vasijas. Las obras han sido paralizadas.

"Es la primera vez que se detecta una estructura defensiva en O Castro", explicó Eva Albaladejo, directora del control de la excavación. El yacimiento del monte data de los siglos III a.C al tercero después de Cristo. Las ánforas, según explicó Lino Gorgoso, uno de los técnicos que trabajan en Celso Emilio, están fechadas entre los años cero y 80 d. C. "Es un modelo fabricado en Andalucía que llegaba a Vigo por vía marítima. Los romanos las usaban y después la tiraban", apuntó a pie de obra. La antigua zanja a modo de trinchera derivó en depósito de cerámica. Por las formas, Gorgoso expone que las piezas corresponden a ánforas destinadas a almacenar vino.

El foso defensivo habría perdido su función una vez vencida la resistencia castrexa por parte de los romanos. "El propio perfil permite distinguir la zona antrópica –modelada por los pobladores– de la montaña natural", comentaba Albaladejo al señalar hacia la pared excavada. Con el paso del tiempo la estructura de protección contra los invasores quedó cubierta por la tierra. Los arqueólogos consideran que el hallazgo es "especialmente valioso" y puede proporcionar importante información histórica.

Los restos han sido localizados en el lugar en el que se ubicaban las chabolas de la calle Celso Emilio Ferreiro, derribadas para ampliar la calle con la humanización. El alcalde visitó ayer la zona junto a la edil de Vías y Obras y la de Medio Ambiente, Chus Lago. Caballero expuso que dio orden de "paralización inmediata" tras conocer el hallazgo.

Yacimiento histórico

Los primeros trabajos arqueológicos en O Castro se realizaron bajo la dirección de José María Álvarez Blázquez en 1952 y 1970 en la ladera noroeste del yacimiento, donde aparecieron varias construcciones castrexas y abundante material. En 1981 el arqueólogo José Manuel Hidalgo Cuñarro reanudó los estudios de campo y en los años siguientes se realizaron sucesivas campañas con la participación de alumnos de varias universidades españolas. Como resultado se localizaron 45 construcciones pétreas de diferente tipología y numerosos objetos. El Concello inauguró en febrero la musealización de tres edificaciones del antiguo poblado después de ocho meses de excavaciones y trabajo.

Además de las antiguas viviendas de los pobladores, en las campañas de O Castro se descubrió cerámica indígena y romana, monedas, objetos de bronce, hierro, piedra y vidrio. Los hallazgos permitieron documentar, según reza uno de los trabajos de Hidalgo Cuñarro, "un importante comercio islámico romano con el litoral del Noroeste Peninsular, siendo el momento de mayor auge del mismo el siglo I después de Jesucristo".