"Es un gran paso para consolidar el polígono como uno de los primeros del sur de la provincia". El optimismo de Antonio Iglesias, presidente de la Asociación de Empresarios de A Pasaxe, parece justificado teniendo en cuenta la envergadura de la inversión que la Xunta prevé destinar a este polígono y las mejoras que supondrán para su centenar de empresas. En total, el gobierno autónomo ha presupuestado en 31 millones la ejecución del proyecto sectorial que, entre otras muchas cosas, rebordeará y urbanizará la zona, además de dotarla de servicios tan básicos como saneamiento, refuerzo del suministro energético, viales o señalización que resulta sorprendente la pujanza que ha alcanzado este enclave industrial, ubicado entre los municipios de Gondomar y Vigo.

Para acelerar el inicio las obras, el pasado 23 de septiembre el Consello de la Xunta declaró su carácter supramunicipal y ayer oficializó en el DOGA su exposición al público. Concluido este plazo, en seis meses debería redactarse y a partir de este momento, una vez adjudicada la actuación tendría que concluirse en unos tres años, según reza la documentación elaborada por la consultora Idom.

Una cuantiosa inversión para hacer todo lo que no se había hecho hasta ahora. Porque de una concentración anárquica de empresas en torno a la carretera provincial PO-331 surgió un polígono donde operan más de un centenar –pertenecientes a sectores como el naval, la automoción o la piedra– que a su vez generan 3.800 empleos directos. Otra prueba del dinamismo de este polígono es el trasiego diario de vehículos –más de un millar entre camiones y turismos– que circulan a veces de forma errática por la inexistencia de carteles y que aparcan, si lo logran, donde pueden.

Y pese a su extraordinaria actividad, hasta hace apenas diez años A Pasaxe carecía de algo tan fundamental como el agua o saneamiento. "Cada uno se las fue arreglando como pudo", comenta el representante de una empresa. Otras deficiencias adquirieron un carácter más grave cuando pusieron en jaque a los servicios de emergencias a la hora de sofocar incendios en alguna de sus naves.

El plan sectorial actuará sobre la superficie actual de 586.752 metros cuadrados, el 70% propiedad de la Comunidad de Montes de Vincios (Gondomar). Fuentes autonómicas precisaron que las obras "no supondrá ninguna ampliación del polígono". En cualquier caso, la urbanización y los servicios previstos hacen necesario reservar una partida de cinco millones para expropiaciones.

Los empresarios de esta zona ven en el proyecto sectorial "el final del ostracismo". Unas obras por la que esperan también otras industrias deseosas de implantarse en este ámbito, ahora conectado a las principales vías de comunicación a través de la autopista del Val Miñor (AG-57). Antonio Iglesias cree incluso que con la reordenación del polígono se duplicará el actual censo de industrias.