La Gerencia de Urbanismo dio ayer el visto bueno a la reforma de la ordenanza reguladora de la inspección técnica de edificaciones (ITE). La nueva normativa se debatirá y se aprobará definitivamente en el pleno del próximo lunes. El cambio tiene por objeto endurecer las revisiones que realizan arquitectos y aparejadores y forzar a los propietarios de las construcciones más antiguas a realizar reformas en cuanto se detectan fallos de seguridad.

Tras su ratificación del lunes, el texto será enviado al Boletín Oficial de la Provincia y entrará en vigor al día siguiente de su publicación. Con este cambio, la Concejalía de Urbanismo pretende aplicar un reglamento más estricto que, entre otras cosas, exige un certificado adicional de protección contra posibles incendios y un plan de obra "con medidas de seguridad inmediatas" para evitar desprendimientos en fachadas o tejados.

La revisión de la ITE fue aprobada inicialmente en enero en un intento por implicar a las comunidades en la conservación de sus edificios, responsabilizando a los propietarios de posibles accidentes. Por ejemplo, si el informe de los técnicos alerta de un peligro urgente, la nueva ordenanza establece la obligación de acompañar el informe de la ITE con un plan de mejoras a corto plazo. Otro de los cambios introducidos es que el examen de los elementos comunes es ahora obligatorio en todos los casos, cuando antes solo se exigía en oficinas y bloques de viviendas.