Las ordenanzas fiscales de las principales ciudades de Galicia reflejan grandes diferencias en sus tarifas hasta el punto de que solo en concepto de recogida y tratamiento de residuos sólidos urbanos un hogar puede ahorrarse entre 23 y 27 euros al año en función de su emplazamiento. A las puertas de la revisión tributaria que regirá en 2011, los vigueses son los gallegos que más pagan por el impuesto de rodaje y por recuperar sus automóviles del depósito municipal, aunque disfrutan de rebajas en el recibo de la basura y en los precios de los centros de día y las escuelas infantiles, hasta 40 euros más baratas que en Ourense.

Cada ayuntamiento decide qué conceptos grava con más dureza y la cuenta general a final de año para un ciudadano que abone la tasa de la basura, el impuesto de circulación por un vehículo de entre 12 y 16 caballos fiscales y tenga la mala suerte de que la grúa se lleve su coche en una ocasión sufrirá divergencias de hasta 90 euros.

En estas tres partidas en concreto, Vigo es la ciudad más cara y este vecino hipotético tendría que desembolsar 327 euros –79 de basura, 124 por el coche y lo mismo por la grúa–, frente a los 237 de los censados en A Coruña. Lo que sorprende es que este ahorro no lo noten en la misma medida quienes viven en ciudades más pequeñas como Pontevedra y Ourense, cuyos habitantes pagarían por estos mismos servicios 305 y 312 euros, casi al mismo nivel que los vigueses.

Equilibrio

Dada la extensión y atribuciones de la hacienda local, es prácticamente imposible determinar globalmente qué ciudades son más económicas, pues mientras Vigo y Lugo tienen los recibos de la basura más baratos –79 y 84 euros, respectivamente–, cobran los impuestos de circulación más caros de Galicia junto con Ourense –124, 120 y 122 euros– para turismos de menos de 16 caballos fiscales. La urbe que marca la diferencia en materia vial es A Coruña, que pese a ser la segunda ciudad más poblada de la comunidad cobra apenas 71 euros por un vehículo de las mismas características, 98 por su servicio de grúa para turismos y 24,72 para motocicletas, cuando este último cuesta 64 en Vigo, 40,5 en la ciudad del Lérez o 39 en Lugo.

Vivir en ciudades más pequeñas no es sinónimo siempre de ahorro tributario para las familias. Sucede por ejemplo en los servicios sociales, donde los dependientes vigueses pagan 2,20 euros menos por hora de ayuda en el hogar que los mayores lugueses. Lo mismo sucede en las escuelas infantiles de la red pública de Vigo, donde los padres que más pagan –124 euros– se ahorran 36 euros al mes con respecto a la tarifa máxima de Lugo –160 euros– y 19 en comparación con Ourense.

Vigo ha apostado por congelar las tasas de formación y Benestar a costa de sostener unos elevados impuestos de rodaje, grúa y la tarifa de la XER. Una muestra de esta filosofía es su posición intermedia en servicios como la Escuela Municipal de Música con 40 euros de matrícula y mensualidades de práctica instrumental entre 56 y 66 euros, en función de los niveles, frente a los 78 de matrícula que pagan en A Coruña y los 33 de Santiago.

Donde más se diferencia la ciudad olívica es en la facturación de terrazas, con 42,35 euros al trimestre por metro cuadrado, tres veces por encima de lo que abonan los hosteleros de A Coruña y Pontevedra.