Salustiano Mato ya es el nuevo rector de la Universidad de Vigo. El catedrático fue investido ayer en el cargo, tras ser elegido en las urnas el pasado 20 de mayo, e inició su mandato reclamando más fondos a la Xunta de Galicia para alcanzar la media de las universidades españolas, al tiempo que demandó un modelo de financiación en función de resultados y objetivos. Después de continuas alusiones en su extenso discurso a la necesidad de recursos económicos, Mato recibió una respuesta muy clara por parte del jefe del Ejecutivo gallego, que junto al rector saliente, Alberto Gago, presidió el acto de toma de posesión. "Tiene el reto de hacer más con menos, es decir, de sudar la camiseta, como usted ha dicho. No se preocupe rector, somos varios", sentenció el presidente de la Xunta, quien reconoció una disminución del presupuesto en la enseñanza superior con motivo de la crisis económica.

Pese a las discrepancias en materia de financiación, el auditorio de la facultad de Económicas vivió un ambiente cordial y en ciertos momentos emotivo, sobre todo cuando Gago entregó a su sucesor el bastón de mando y la Medalla de la Universidad. Compañeros y "colegas", se fundieron en un abrazo mientras todo el público los ovacionaba. Mato echó la vista atrás para recordar viejos tiempos. Añoró la época en la que formó parte del gobierno de Domingo Docampo –allí presente– durante ocho años. Tampoco olvidó al "auténtico pionero" de la institución, Luis Espada, ni a Rodríguez Vázquez, al que reconoció por "su compromiso y entrega". Pero sin duda, la mayoría de los elogios se los llevó su "apreciado antecesor y amigo", Alberto Gago.

Ante un nutrido público formado por personalidades del ámbito político, empresarial y académico, Salustiano Mato realizó un recorrido por los pilares básicos de su programa, que no son otros que construir una universidad moderna e internacional. La fórmula para lograrlo pasa por "convertir las dificultades en oportunidades y conseguir recursos en todos los caladeros". "Seremos austeros, pero los tiempos que corren no pueden ser una excusa para no hacer nada", expresó el nuevo rector. Dirigió su mirada hacia Feijóo, sentado a su lado, y le trasladó que "con las universidades, usted puede liderar un lobby por Galicia". "Pónganos deberes y márquenos objetivos, y nosotros asumiremos el reto. En contrapartida, disponga los recursos necesarios encima de la mesa", insistió Mato, quien también aludió a la inteligencia financiera, al apoyo institucional, a la necesidad de crear una universidad "abierta, emprendedora y de transferencia" y a la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, sin dejar de lado a la comunidad universitaria, tanto a los estudiantes como a los sindicatos y personal docente e investigador.

La "lengua y la cultura de Galicia" fue otro tema que Salustiano Mato no pasó por alto. "En gallego se hace ciencia y docencia. Entre castellano y gallego accedemos a un mercado de 650 millones de personas, tantas como el mercado del inglés. Con el gallego valemos aún más", afirmó el rector, acompañado en la mesa presidencial por el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez Abad; el presidente del Consello Social, Emilio Atrio; y los rectores de A Coruña y Santiago, aparte de Gago y Núñez Feijóo.

Calidad y competencia

La ceremonia se prolongó durante una hora y media. El primero en intervenir fue Alberto Gago. Y no se demoró. Orgulloso de su mandato y de los apoyos recibidos durante el mismo, tuvo palabras de agradecimiento para todos los que le rodearon durante estos cuatro años. "El secreto de lo alcanzado por la Universidad de Vigo es un modelo basado en la calidad, la competencia y la excelencia, con la seguridad de que no existe otra fórmula para ganar un puesto en la escala del futuro; un modelo exigente, que demanda resultados", defendió. "Sólo se progresa cuando se piensa en grande y se mira lo más lejos posible. Y de todo esto le sobra a Salustiano Mato", dijo Gago. "Cierro la puerta de este extraño oficio de rector y abro la de mi cátedra. Tengo la satisfacción de saber que la Universidad de Vigo queda en las mejores manos", finalizó.

El presidente de la Xunta, por su parte, fue el último en tomar la palabra y se encargó de cerrar el acto. No sin antes jurar el cargo los diez vicerrectores y la secretaria que desde ayer toman las riendas de la institución viguesa, con Mato al frente. El catedrático todavía desvelará las identidades del equipo gerencial (que reduce de seis a tres los vicegerentes) este lunes.

Tradición y modernidad

El máximo responsable del Gobierno autonómico hizo varias referencias en su discurso a personalidades de diferentes épocas, desde Álvaro Cunqueiro o el economista Galbraith hasta Alfonso X. Igual de distantes en el tiempo son las instituciones que forman el sistema universitario gallego. "Algunas cuentan su vida en siglos, y otras que lo hacen en décadas. En el territorio gallego se combinan la tradición de los 500 años de Compostela y la modernidad universitaria de Vigo y A Coruña, y lo hacen formando un conjunto que va ganando en armonía y cooperación, el sistema universitario gallego", señaló Núñez Feijóo, quien instó a Mato a continuar la labor de Gago.

El dirigente popular afirmó que la Universidad gallega "es un perfecto reflejo de lo que es nuestra comunidad". "Somos un país viejo, un viejo peregrino por la historia de España, de Europa y del mundo, que no espera porque quiere adaptarse a los tiempos. Miramos al presente y al futuro", dijo. En relación a Bolonia, Feijóo lo consideró "una oportunidad" para que las universidades gallegas "lideren el sistema universitario español y encuentren un hueco en el internacional". "La institución viguesa crece y se enriquece siguiendo su propio camino y formando parte de un conjunto amplio que es nuestro país", concluyó.

Si el presidente gallego aludió a Cunqueiro o a Alfonso X, Salustiano Mato se refirió a alguien más actual: el primer presidente de color que llega a la Casa Blanca. "Le diré al alumnado, al personal docente e investigador que lo daremos todo y trabajaremos para todos. Como dice Barack Obama en su libro "La Audacia de la Esperanza": Podemos. No uno, sino todos. Por eso, nosotros seremos quien, si somos todos".