Vigo ya conoce a sus rivales, al menos, el título de los proyectos con los que concurren al concurso de excelencia internacional y una breve pincelada de su contenido a partir de la escueta descripción, en algunos casos de sólo una palabra, proporcionada el jueves por Educación. El Campus del Mar se medirá con otras 47 iniciativas que aglutinan a 67 universidades españolas.

–¿Qué valoración hace de las candidaturas presentadas?

–Sólo conocemos los títulos, pero no hay grandes sorpresas y la competencia es importantísima. Esperábamos que se presentase todo el mundo, como así ha sido. Si alguien no lo hubiese hecho sería el hazmerreír. Las grandes universidades que no fueron beneficiadas en la primera convocatoria como Sevilla o Valencia han vuelto a presentarse y otras optan a su segundo campus de excelencia. La iniciativa del Valle del Ebro que llevan Zaragoza y otras universidades me parece una agrupación pensada y el campus agroalimentario de Cataluña también es potente. Lo que me llama la atención es que las grandes universidades se agrupen para ser más ambiciosas y que otras medianas y pequeñas como la de León vayan solas. Nosotros queremos ser grandes apoyándonos en otros.

–Además de los campus marinos ya anunciados de Cádiz y Las Palmas se ha presentado un cuarto proyecto liderado por Murcia y Cartagena que incluye tecnologías en este ámbito.

–Cuenta con un componente marino porque Murcia lo ha tenido históricamente, pero no es un campus específico como el nuestro y tengo dudas de que el de Canarias también lo sea porque tenían pensado incluir la astrofísica. De la comunicación del ministerio deduzco que el carácter transfronterizo no está detrás de los demás proyectos como en el nuestro. Educación escogió los detalles que ha dado a conocer de cada campus y en nuestro caso ha destacado las líneas emergentes de investigación y la Eurorregión. Queríamos que viesen esta agregación y lo han hecho.

–Además de 32 nuevos proyectos, en esta segunda convocatoria se presentan 16 iniciativas seleccionadas el año pasado, entre ellas, el Campus Vida de Santiago.

–En principio, no son nuestros competidores. Ya tienen el galardón y aspiran a ascender de la excelencia regional a la internacional o a conseguir una financiación adicional.

–¿Qué le parece la comisión de expertos que evalúa los proyectos?

–Son gente que sabe mucho de investigación y es consciente de lo que tiene entre manos. En ese sentido estoy tranquilo.

–Vigo sabrá si pasa a la final a mediados de julio, ¿en qué trabajan estas semanas?

–Hemos recibido más apoyos de universidades extranjeras y seguimos trabajando a un ritmo más lento en indicadores más complejos de cálculo. El reto era presentar un proyecto que pudiese jugar el partido y creo que esa misión está cumplida. En la primera convocatoria nos presentamos solos y ahora tenemos una propuesta ambiciosa con más de dos mil investigadores de veintidós instituciones. El cambio ha sido radical. El ministerio ya sabe que existe el Campus del Mar y en este sentido estoy tranquilo. Ahora ya voy dándole vueltas a cómo abordar la segunda fase.

–Aunque no sean seleccionados, prometen seguir adelante.

–El proyecto seguirá de cualquier manera y, en este momento, ya cuenta con la financiación de dos entidades bancarias. Pero ahora no tiene sentido planificar otras opciones. Lo que nos estamos jugando es la velocidad y la fuerza que te da este reconocimiento.

–Incluso han enviado un vídeo al ministerio para dejar constancia de la credibilidad del campus marino.

–Hemos intentando transmitir que era un proyecto que iba en serio. Ha sido muy visible de cara a la sociedad gracias a los medios y eso nos ayudó mucho porque en los ministerios se lee la prensa. Saben que el tema está en la calle y que contamos con el apoyo de las instituciones y los sectores económicos. El presentarse no tiene mérito en esta ocasión, sino la agregación, la calidad y la conexión con la sociedad.