El Plan Moneo para regenerar la Praza do Rei, que el alcalde Abel Caballero meditó dejar en punto muerto ante la coyuntura económica actual, seguirá su curso, según manifestó ayer el regidor. Tres sociedades han transmitido al Concello su interés en ejecutarlo, y dos de ellas presentaron propuestas. Una, como adelantó FARO, es la de Raminova, sociedad participada por Caixanova, que proyecta algunos cambios en la plaza exterior respecto al diseño original, el triple de suelo comercial del planificado por el arquitecto madrileño, y una inversión de 96 millones.

Para Caballero, los planteamientos recibidos, junto a los estudios municipales, avalan la viabilidad y "coste cero para el Ayuntamiento", con lo que el plan estaría en condiciones de continuar su andadura. Aunque la empresa que construya la obra la financiará íntegramente y explotará las zonas comerciales y el parking, de las arcas municipales debe salir el dinero para pagar a largo plazo el nuevo consistorio, valorado en unos 45 millones. La forma de devolución se materializaría mediante un canon anual, pero el alcalde asegura que el ahorro en el mantenimiento de la actual torre y los alquileres que se suprimirán compensarán el desembolso.

"El edificio actual ocasiona un enorme gasto continuo, y existe un informe que alerta de riesgo de fallo masivo en el suministro eléctrico. Sólo reparar eso nos costaría tres millones", estima, a lo que añade que el Concello paga al año casi 300.000 euros sólo en el alquiler del Edificio Asefal. "Los servicios que hay allí podrían pasar al nuevo ayuntamiento", citó. Los demás arrendamientos de locales suponen un gasto de 200.000 euros anualmente.

Moneo diseñó la transformación de todo el ámbito de Praza do Rei elevándolo hasta la altura de Camelias, y con un nuevo consistorio de 19.000 metros cuadrados, 10.000 metros comerciales y sótanos con 1.330 plazas de parking.

Caballero apunta que impulsó el proyecto que encargó al Pritzker hace dos años, y sus colaboradores en el Concello se encargaron de hacer el seguimiento y de mantener todas las reuniones con los responsables de las empresas interesadas, sin que él participase en ellas. "Las propuestas tienen que ser revisadas por Moneo. Imponemos esa condición. Quienes participen hacen los proyectos iniciales, y él los supervisa, como ocurre con Thom Mayne en la estación del AVE", expuso. El arquitecto deberá "dar su aprobación", agrega. El Concello le trasladará al Pritzker todos los planteamientos presentados, y se convocaría un concurso público al que podrían añadirse nuevos pujadores.

El diseño de Raminova incluye cambios exteriores y bajo suelo respecto al original, lo que eleva la inversión en 36 millones. Los otros dos siguen el esquema esbozado por el arquitecto sin grandes modificaciones, según Caballero. Las condiciones del concurso público establecerían un canon ajustado al ahorro que obtendrá el concello con la sustitución de la degradada torre y la supresión de alquileres, y además se puntuarían las rebajas en las ofertas.

El grupo inmobiliario participado por Caixanova incorpora un paso subterráneo entre Camelias y Venezuela, aspecto que el alcalde rechaza por el impacto de las bocas de entrada y salida. "Como esa hay otras cuestiones entre las propuestas que, de no realizarse, suponen una rebaja de la inversión en favor del Concello", puntualiza.