El supuesto hallazgo del Santo Cristo de Maracaibo ha revolucionado a buceadores y expertos arqueólogos. El investigador naval y delegado de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas (Fegas) Yago Abilleira considera que los supuestos descubridores Daniel Moraleja, Pedro Terrón y Luis Valero "han venido a reírse de todos nosotros", al no mostrar prueba alguna, coordenadas exactas ni fotografías válidas.

–Autor de Los Galeones de Vigo y buen conocedor de los hallazgos en la ría, ¿qué credibilidad concede al anuncio?

–Ninguna. Han venido a reirse de todos, el público en general y de los que nos tomamos la arqueología subactuática en serio. No tienen pruebas, no han pedido permisos... es todo muy raro. Parece una campaña de márketing e incluso mal armada, como planeada sobre la marcha.

–Pero hay unanimidad entre los expertos en contra del anuncio. ¿Por qué se iban a exponer hasta tal punto los autores?

–Creo que esperaban ser recibidos como héroes y nunca imaginaron que el sector reaccionara con tal rotundidad. Se presentaron con el único testimonio de un buceador y fotografías. Una de ellas muestra una pieza de 93 metros de largo, por ejemplo, y no hay barcos de madera tan grandes. Se han expuesto sin tener pruebas y ellos son los únicos responsables.

–¿Pueden haber confundido el Maracaibo con otro pecio?

–Sus fotografías no están fechadas y pueden estar tomadas en cualquier lugar, por lo que es imposible aventurar qué es exactamente lo que vieron.

–En cualquier caso, el hallazgo sería ilegal por carecer de permisos y no haberse declarado...

–Puede haber hallazgos casuales, también en el Club de Buceo Ons nos ha pasado, pero hay que informar a las autoridades. Además, creo que el grupo iba en una expedición del Estado y la ley obliga a dar parte de los hallazgos y no hacerlo está catalogado como falta grave con multas de hasta 150.000 euros. Cuestión aparte es que tanto Moraleja como Valero están imputados por presunto delito de expolio, por lo que habría que ser muy cautos.

–De ser real el hallazgo, ¿cuál es el valor del pecio?

–Como resto histórico en sí, la construcción naval de la época es muy interesante y daría información sobre el trabajo de los astilleros. Los objetos a bordo permitirían conocer un poco más las travesías transoceánicas y la carga, los productos con los que se comerciaba. Respecto al supuesto tesoro, no discuto que pueda llevar alguna pequeña pieza de oro o plata, pero es impensable como sostiene Luis Valero que un barco de 500 toneladas lleve dentro 900 de plata. Es inviable. Sencillamente, no hay tesoro.

–¿Dónde estaría ubicado?

–Al Suroeste de Cíes. No muy lejos de costa. No sería difícil dar con él. Creo que es cuestión de tiempo y de dedicarle recursos, eso lo sabemos todos. O bien aparece de forma casual, arrastrado algún resto en la red de un pesquero, o en exploraciones serias como las que se están realizando en Fisterra. El hundimiento está documentado, lo que faltan son medios técnicos y humanos.

–¿Por qué nunca se ha apostado por rescatar el Maracaibo?

–La cultura siempre ha sido la gran olvidada y la subacuática más, porque es cara y no da resultados a corto plazo. Hay aficionados e interés de arqueólogos, pero falta dinero y una expedición de esa magnitud es costosísima. Hace falta un barco y un equipo amplio con marineros, gruistas, arqueólogos, buceadores y buena tecnología. Sólo será posible con el respaldo de una corporación o, como se habló en su día, utilizando la tecnología de la Armada.

–¿Es tan escaso el interés de las administraciones?

–Por ahora sí. Llegué a ofrecer la cesión gratuita de los grabados, las monedas y los mapas de la batalla de Rande que encontré durante la investigación para el libro Los Galeones de Vigo y me ofrecieron guardarlos en un bajo sin exponer. Creo que es una muestra muy elocuente.

–¿Creeis que el anuncio en Madrid puede perjudicaros?

–Es probable. Primero porque daña nuestra imagen y resta seriedad al gremio de buceadores e historiadores y, por otra parte, es probable que la Xunta endurezca ahora las normas para realizar buceo de naufragios.