Decidan lo que decidan las urnas el próximo día 20, la Universidad de Vigo tendrá un rector más visible para la sociedad. Al menos, ése es el compromiso de los dos candidatos. Jaime Cabeza se propone dirigir el primer gobierno de Nova Universidade, mientras que Salustiano Mato se desmarca de muchas políticas de su antecesor, Alberto Gago, para revalidar el liderazgo de Alternativa Universitaria.

Modelo

Jaime Cabeza (J.C.). Hablamos de la Universidad de las personas, las relaciones institucionales y la proyección social y el grado y posgrado. Existen desequilibrios en la composición del personal docente y de administración y se han hecho pocas políticas de bienestar. En cuanto a las relaciones institucionales, incluso el otro candidato reconoce que las cosas deben cambiar. En los últimos cuatro años, hubo un perfil muy bajo de presencia pública que reconocen todas las instituciones. E introduciremos políticas ortodoxas en el grado y el posgrado porque hasta hoy han sido bastante selváticas y descoordinadas.

Salustiano Mato (S.M.). Queremos una universidad moderna, internacional y con prestigio. Aspiramos a ofrecer una formación integral a los estudiantes y que éstos se sientan orgullosos de haber pasado por ella. Esto enlaza con que nuestro entorno también se sienta orgulloso y con una mayor intensidad en la presencia y la alianza estratégica con las instituciones. Si queremos estar en el mapa debemos salir fuera y no sólo a través de la investigación, sino y, sobre todo, de la oferta académica, fundamentalmente de los posgrados. Y no podemos ser modernos e internacionales, si no captamos recursos. Sabemos dónde están los caladeros financieros, cómo llamar a la puerta y cómo abrirla.

Captar alumnado

J.C. A nosotros nos toca no creernos las profecías de que va a bajar el número de alumnos. Tenemos poca presencia social en la educación no universitaria y hay comarcas que nos corresponden geográficamente, pero cuyo número de alumnos es muy pequeño como O Salnés, Deza o Baixo Miño. Un dato relevante: en Vigo y en Ourense hace más propaganda en los institutos la Universidad de Santiago que la nuestra. Y hablamos, por supuesto, del área geográfica Galicia-norte de Portugal. Además crearemos un centro internacional de posgrado que será un estímulo para atraer alumnado de otros países.

S.M. Puede ser interesante intensificar la publicidad, pero esto no va a reportar grandes afluencias. La captación va a estar muy correlacionada con el prestigio académico. Y para ganarlo nos centraremos en hacer bien "postBolonia", utilizando una métrica diferente para medir el trabajo del profesor. Tenemos que ayudar a que se instaure de manera natural este nuevo modelo de docente. Así es cómo podremos captar alumnos y una de las vías con más recorrido son los másters. Más que en un centro único, pensamos en escuelas de posgrado.

J.C. Hasta ahora, las políticas de posgrado tuvieron poco control por parte de los órganos colegiados. En comparación con otras universidades hemos sido demasiado innovadores y la normativa impide a muchos centros impartir posgrados por falta de personal.

S.M. No tengo esa percepción. Hay instituciones con ofertas más amplias. El desarrollo de reglamentos por parte del Estado fue confuso, pero nuestra estrategia ha sido buena. Si no hay profesores suficientes en un centro para impartir un posgrado debemos buscar la cooperación con otras universidades.

Presencia social

J.C. Contamos con un vicerrectorado de proyección internacional y social que relanzará la presencia de la Universidad en las tres ciudades y sus ámbitos geográficos. Me gustaría recuperar la presencia física en Vigo si tenemos una buena oportunidad. Y también debemos estar en Tui, en Ponteareas o en Xinzo.

S.M. Las instituciones deben vernos como un aliado estratégico y mi trabajo será el diseño de esas relaciones. El Rectorado tiene que estar en el campus, pero también necesitamos presencia institucional en Vigo y apoyarnos más en Torrecedeira. Hubo alguna oportunidad que no fue adelante y lo hablaré con el alcalde si tengo ocasión de ser rector.

Transferencia

J.C. Falta una política global e institucional. En el diseño de nuestra oferta educativa tiene que participar la sociedad y debe preocuparnos no sólo la empleabilidad de nuestros titulados, sino la del entorno. Tenemos que ofrecer una formación profesional muy cualificada a trabajadores en activo.

S.M. También abogamos por redimensionar el área de empleo y ayudar a las empresas en la búsqueda de ayudas para contratos y prácticas, pero el problema es más amplio. Crearemos un vicerrectorado específico que diseñará un programa piloto para medir la transferencia de otra forma. La sociedad debe visualizar la resolución de problemas, porque transferencia también es trabajar en un diccionario o con una ONG. Deben vernos como una gran fábrica de proyectos estratégicos y el rector tiene que poner encima de la mesa propuestas para el tejido socioeconómico.

J.C. Nos parece una operación peligrosa divorciar la investigación y la transferencia en dos vicerrectorados.

S.M. Es muy difícil que un departamento de investigación se pueda dedicar 100% al reto de la transferencia. En todo caso, son eslabones de una misma cadena.

Ambición frente a realismo para negociar la aportación de la Xunta

La Xunta ha cerrado el grifo a las tres universidades y Vigo ha visto reducido su presupuesto por primera vez durante la última década. Cabeza y Mato se han comprometido a recortar estructuras y sueldos. El primero invertirá en bienestar los 500.000 euros que ahorrará con esta reducción y el segundo habla de optimizar recursos para gastar diez millones menos al año. Las negociaciones para el nuevo plan de financiación del sistema gallego ya están en marcha y prometen ser duras, pero cada candidato las asumiría de forma bien diferente.

Financiación

J.C. No conocemos todos los datos, pero la Xunta va a repartir una tarta en la que el dinero ya está preestablecido. Habrá un pequeño margen de negociación para lograr un incremento, pero lo esencial será cómo se distribuyen las aportaciones. Desde el realismo, hay que conseguir la mejor solución posible para los problemas de nuestra institución teniendo en cuenta tres principios que no siempre se han respetado lo suficiente: eficiencia en la asignación de recursos, eficacia en el gasto y, lo más importante, transparencia. Hay demasiada opacidad.

S.M. El Gobierno gallego tiene la responsabilidad de poner encima de la mesa un presupuesto para todo el sistema gallego que esté en torno a la media española y esto significa 400 millones anuales y por lo tanto, un incremento importante. No pedimos financiación incondicional a fondo perdido, sino que nos visualicen como inversión. Me niego a que me digan que no hay más tarta e incluso voy a ayudar a la Xunta y decirle dónde hay fondos disponibles. No me voy a dar por vencido.

J.C. Estos temas hay que tratarlos con muchísimo realismo y por mucho optimismo que destilemos y mucho empeño que le pongamos, que se le vamos a poner tanto tú como yo, podremos arañar un 4 o un 5% más, pero no podemos pensar que vamos a modificarlo. La gente tiene capacidades y estoy convencido que desde la Xunta se trabajarán todas las fuentes.

S.M. Hablo desde la experiencia, soy realista. No pensemos que se sabe todo. Quiero trabajar con la Xunta codo a codo y hay que luchar por los 400 millones. De ahí no me bajo.

Mapa de títulos

S.M. Crearemos una comisión en el Claustro, nuestro parlamento, para que trabaje en el diseño del mapa de titulaciones al que aspiramos. Como rector, asumiré y defenderé su postura Esa comisión trabajaría con los representantes de los centros académicos y el Consello Social. En primer lugar, tenemos que fortalecer la oferta actual; en segundo, decidir qué podemos hacer con los activos que tenemos y sus capacidades; y, tercero, tener en cuenta qué nos demanda la sociedad.

J.C. Los próximos cuatro años no serán de grandes novedades y los nuevos grados tendrán que coger sinergias de lo que ya tenemos, aportar una formación generalista y ser muy reconocibles aquí y en el extranjero. Pediremos a las otras universidades y a la Xunta lealtad institucional, que no nos pisemos y que hablemos en clave de sistema gallego. Lo bueno de los nuevos estatutos es que, por fin, tendrán que pasar por el Claustro.

Medicina

J.C. Me gustaría que cuando el alcalde pide Medicina diera un par de respuestas. La primera es cómo se financia. Se trata, de largo, de la titulación más cara para implantar, y además tiene un estatuto especial del personal. Esta Universidad liderada por mí no se va a empeñar más allá de lo razonable en que Medicina venga a Vigo. No es una prioridad absoluta.

S.M. Es probable que en el sistema gallego no necesitemos más de una facultad, pero sí aprovechar todo el potencial del Sergas. El rector, y si lo soy así lo haré, debe ser responsable y parte activa en la búsqueda de soluciones para conseguir los recursos necesarios y avanzar en esta idea.