La historia se repite. No es de extrañar, sonríen el microbiólogo Carlos Martín y el consejero delegado de la veterinaria CZV, Esteban Rodríguez, que de su unión nazca una nueva y perfeccionada vacuna de la tuberculosis. Y es que la actual vacuna BCG, que toma sus siglas (Bacilo de Calmette y Guerin) del nombre de sus descubridores, fue gestada por un científico, Calmette –discípulo de Pasteur– y un veterinario Guérin, cuyo padre falleció por dicha enfermedad. Desde entonces, aún no se ha conseguido superar aquel bacilo, utilizado por primera vez en París en 1921.

De esa nueva versión que se desarrollará en la filial Biofabri de O Porriño –viva, no tóxica y que daría la inmunidad para toda la vida– disertó en Vigo el catedrático de Microbiología de la Universidad de Zaragoza que lleva trabajando en la cepa nada menos que quince años, Carlos Martín Montañés. El "padre" de la nueva vacuna contra la tuberculosis presentó ante la comunidad científica en la Reunión de Tuberculosis su proyecto, que se comercializará en 2016 si prospera su desarrollo. Implicará, si sale adelante, la producción de dos millones de vacunas a la semana en la fábrica de O Porriño de Biofabri" y el próximo año comenzará su ensayo en personas. Este hecho creó una gran expectación entre los asistentes.

"Pretendemos obtener una vacuna viva atenuada que sea de distribución universal por técnicas biotecnológicas genéticas y hacer una cepa nueva", explica Martín. "Hay un proyecto europeo enorme, que consta de más de 40 grupos trabajando en vacunas contra la tuberculosis, de nombre TBVI, porque el proyecto es tan ambicioso que a veces requiere de colaboración".

Esta fórmula vendría a sustituir a la tradicional BCG, de la que en la actualidad se distribuyen más de cien millones en el mundo y la firma galllega las produciría de forma universal. Por otra parte, de fructificar la fase 1 del desarrollo de la vacuna, el laboratorio pontevedrés (una S.A.) sería la primera empresa española encargada de la producción de vacunas para humanos. Hace cuatro años que colabora con el laboratorio de Microbiología zaragozano, que ya hizo pruebas piloto. "Nuestra apuesta llega después del trabajo de demostrar que la vacuna ha sido eficaz y no tóxica en primates. Hay que verlo, pero hay muchas probabilidades de que sea útil en humanos, aunque hay otras opciones, la que sustituiría a la BCG sería ésta", explica Esteban Rodríguez.

La planta de producción de AstraZeneca en O Porriño ha supuesto la entrada en el mercado farmacéutico de Biofabri. Se ha creado un consorcio entre industria privada para afrontar este reto porque, según describe Montañés, "la nuestra es la única vacuna viva y atenuada del bacilo de la tuberculosis; ninguna ha entrado por el momento en fase de prueba humana". Se trata de los ensayos en personas, dado que la inmunización en animales ha dado buenos resultados.

La patente la tiene la Universidad de Zaragoza, pero han colaborado por el proyecto desde hace muchos tiempo con el Instituto Pasteur de Francia y la Fundación Genoma España. El mes pasado firmaron un acuerdo en Zaragoza.

La entrada de la compañía gallega, líder en producción de vacunas para animales (lengua azul, tuberculina...), llevó a la creación de la filial Biofabri, explica el consejero delegado del grupo CZ Veterinaria y Biofabri, Esteban Rodríguez.

Martín lleva trabajando desde 1987 en esta vacuna. Aunque el suyo no es el único proyecto en Europa para obtener una vacuna más eficaz que la actual. Forman parte de un grupo de investigadores (de Dinamarca, Alemania o Gran Bretaña)que también buscan esa meta.

El largo camino andado se traduce en cuatro millones de euros, pero al margen de la inversión de Biofabri, el proyecto de investigación tendrá una financiación de un millón de euros del Programa Innocash de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), del Ministerio de Ciencia e Innovación, que lo ha calificado de excelente y seleccionado entre 200 presentados.