La muerte de la viguesa Beatriz García Fernández el domingo en aguas de A Illa (Ría de Arousa) mientras practicaba submarinismo ha indignado a los buceadores deportivos. Así lo entiende el presidente de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas (FEGAS), José Senra, que ha hecho un llamamiento entre los aficionados a estas actividades a colaborar en la identificación del propietario de los trasmallos.

Senra apuntaba ayer que "estamos buscando un barco de color azul y popa blanca que podría haber arrojado los trasmallos minutos antes de que ocurriera el fatal accidente", así como a tres submarinistas que se encontraban pescando por la zona para que ayuden a identificarlo. Sin embargo, la Guardia Civil trabaja más en tratar de identificar el origen de los trasmallos para dar con su propietario, una tarea muy complicada pues existen 344 embarcaciones en la Ría de Arousa con permiso para esta arte de pesca, cifra a la que hay que sumar las que utilizan los furtivos.

También se trata de esclarecer cual fue la actuación de los monitores antes del fatal accidente ya que, en teoría, estos grupos deben desplazarse con uno de los responsables al frente y otro cerrando, mientras los alumnos van en parejas para no perderse nunca de vista y evitar, precisamente, lo que le ocurrió a García Fernández.

La FEGAS está prestando apoyo técnico y jurídico al instructor, además de valorar otras posibles opciones que podrían ir encaminadas a pedir responsabilidades al propietario de la embarcación que supuestamente habría arrojado los trasmallos en las inmediaciones del grupo de buzos. Senra también carga contra la administración autonómica, con la que espera reunirse en breve, a la que insta a "cumplir la ley, porque en estos momentos está habiendo una dejación de funciones importante, ya que no se está controlando a los ilegales, a esos barcos que salen a cualquier hora a calar sus artes de pesca, incluso en fin de semana". Insiste en presionar a la administración "pues no podemos permitir que fallezca una persona porque no se cumple la ley".

Las cofradías también se encuentran en el punto de mira de los buceadores pues "tienen una vigilancia que nos increpa de forma constante a los buzos, pero que no se percata de que un barco está calando sus artes de pesca fuera de horario, a menor profundidad de la establecida y de manera ilegal", añade Senra.

El caso se encuentra en el juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Vilagarcía, que será el encargado de recoger todos los datos de la investigación que está llevando a cabo la Guardia Civil. García Fernández salió el pasado domingo a bucear en las aguas de Xidoiros, en la que era la última práctica antes de finalizar el curso que estaba recibiendo por parte de los monitores del Club de Buceo Vilagarcía. Cuando apenas llevaban unos minutos de inmersión, los monitores se dieron cuenta de su ausencia, comenzando una rápida búsqueda que terminó localizándola todavía con vida.

Su corazón todavía latía cuando llegó al muelle de O Xufre, en A Illa de Arousa, donde fue recogida por el Pesca I para trasladarla hasta el Hospital Xeral Cíes, centro al que no llegó con vida.