El desdoblamiento del Corredor de O Morrazo para su conversión en autovía ha empezado a andar. El conselleiro de Infraestructuras, Agustín Hernández, presentó ayer el proyecto de trazado de la ampliación del vial y hoy lo publicará el Diario Oficial de Galicia para su exposición al público durante un mes. Con una inversión de 68,8 millones de euros, el proyecto supone duplicar la calzada actual, que pasará a tener dos carriles en cada sentido de circulación, con categoría de autovía, "libre de peaje", recalcó el conselleiro. Además incluirá la construcción de seis viaductos, un túnel y otro falso túnel, como principales estructuras.

Hernández compareció arropado por la delegada de la Xunta en Vigo, Lucía Molares; el presidente de la Diputación, Rafael Louzán; y los alcaldes de Cangas, Moaña, Marín y Bueu, Clara Millán, Xosé Manuel Millán, Francisco Veiga y Félix Juncal respectivamente. Aumentar la capacidad del Corredor ante el flujo de tráfico que soporta –17.000 vehículos al día– y atajar la siniestralidad, que sobre todo se ha hecho patente en lo que va de año con cinco muertos por colisión, son los principales objetivos de la actuación, según el conselleiro.

La Xunta licitará la construcción del desdoblamiento en septiembre u octubre de este año para empezar la obra en 2001. La nueva autovía estará en condiciones de uso a finales de 2013. La empresa que resulte adjudicataria se hará cargo del mantenimiento de la infraestructura durante un periodo de 20 años y la consellería pagará un canon anual que estará en función del número de vehículos que utilicen la autovía. Además, la adjudicataria también explotará el área de servicio que se construirá –es una de las novedades del proyecto– entre Domaio y el viaducto da Fraga.

"El estudio de impacto ambiental no es necesario porque ya se hizo en 2001 y la mayoría de los terrenos son propiedad de la Xunta porque cuando se diseñó el Corredor ya estaba previsto su posible desdoblamiento; sólo hay que expropiar algunas parcelas muy concretas", indicó el conselleiro.

Fases

La obra se realizará en cinco fases, para perjudicar lo menos posible a los usuarios de la vía. No obstante, los responsables de la consellería ya anunciaron que durante el periodo de construcción se estrecharán los carriles de circulación e incluso se desviará el tráfico por la antigua carretera en algunos tramos en que se necesite realizar voladuras, a fin de garantizar la seguridad.

La mayoría del presupuesto de la obra será para la construcción de las nuevas estructuras: viaductos, enlaces y túneles.

Así cinco de los viaductos nuevos estarán en paralelo con los actuales. Son los de A Moura, A Mó, A Fraga, el enlace de Cangas y el del río Bouzós. Los tres primeros tendrán pilares de hasta 65 metros de altura. El sexto viaducto, que aparece en el trazado es el que se construirá para salvar la rotonda de Rande a fin de que el tráfico con destino a la autopista pueda circular directamente desde la autovía hasta la zona del antiguo peaje de la AP-9.

Los túneles serán también paralelos a los ya existentes, es decir el de Montealegre y el falso túnel de Coiro. Además, en determinados lugares donde haya que realizar mucho desmonte, la calzada nueva se construirá a distinto nivel de la actual, para evitar destierros que los técnicos creen innecesarios.

De acuerdo con los datos que ayer expuso el conselleiro, además de mejorar la seguridad en todo el tramo –la ampliación abarca desde Rande hasta el alto de Portela– también se mejorará en los tiempos de los distintos recorridos, lo que traducido a datos económicos supone un ahorro de unos 39 millones de euros, aproximadamente el 45 por ciento del presupuesto de adjudicación.

Hernández calificó la obra de "vital" para el área metropolitana y para la comarca de O Morrazo.