Los controles de seguridad de los aeropuertos fueron los primeros en apostar por la biometría para verificar la identidad de los pasajeros a partir de rasgos físicos como el iris o la huella dactilar, pero esta tecnología se abre camino en nuevos sectores como la publicidad. Ingenieros de Telecomunicaciones de la Universidad colaboran con el centro Gradiant y la empresa compostelana On Touch, especializada en marketing para móviles, en el desarrollo de pantallas táctiles, escaparates interactivos o anuncios en centros comerciales que registran hacia dónde se dirige la mirada de cada potencial cliente y pueden cambiar su mensaje o sus productos en función de la edad y el sexo.

El objetivo es conseguir el máximo impacto con la mínima inversión. "Se trata de hacer una publicidad más dirigida a cada persona. A través de una cámara sabemos cuántas personas miran, en qué se fijan y por cuánto tiempo, además de determinar su edad y si es hombre o mujer", explica el profesor José Luis Alba, uno de los responsables del grupo de Tecnologías Multimedia y miembro del área de visión artificial y biometría.

El proyecto, que cuenta con una subvención del Plan Avanza del Gobierno central, también pretende utilizar métodos de reconocimiento de voz para que el cliente pueda interaccionar con el escaparate o la pantalla.

Otra de las investigaciones en las que el grupo de Alba trabaja en la actualidad junto a Gradiant y con el objetivo de llevar un producto al mercado está relacionada con la seguridad. El prototipo, diseñado para una empresa viguesa, podría presentarse en público en los próximos meses. Se trata de complementar un sistema que la firma ya utiliza consistente en una tarjeta con un chip que permite a las personas acreditadas atravesar el punto de control llevándola en el bolsillo sin necesidad de hacer colas para mostrarla.

"¿Pero qué pasa si la tarjeta la lleva otra persona? Con nuestras técnicas de reconocimiento facial podemos comprobar que es la misma que se registró para obtener la acreditación", destaca Alba. La unión de ambos sistemas aumentaría el control y facilitaría las labores de organización de todo tipo de actos.

El equipo de Tecnologías Multimedia lleva casi una década trabajando en el campo de la biometría, donde cuenta con varios premios. El último lo obtuvo en junio de 2009 junto al investigador de Gradiant Daniel González, quien fichó por el centro tras su paso por el grupo de Alba.

El sistema de identificación que presentaron en la conferencia internacional de Cerdeña, similar al que controla el acceso a las instalaciones de Gradiant, quedó por delante de otros dieciocho diseñados por expertos europeos.

El atentado del 11-S impulsó el desarrollo de una tecnología que ya está dando que hablar en otros muchos campos.

"La biometría ha alcanzado un nivel en el que la gente quiere ver productos en el mercado. En el control de fronteras se ha invertido mucho dinero, pero todavía no hay una solución universal. En al aeropuerto de Amsterdam han apostado por el iris, mientras que en Boston prefieren el reconocimiento facial. Cada vez hay más cámaras de videovigilancia en todas partes y esta tecnología es una de las menos invasivas", opina José Luis Alba.