Tiene el llamativo eslogan de "Ollo cos ollos" y, a juzgar por ese nombre, los vigueses no atienden mucho a sus problemas menores de vista. En virtud de ese convenio y con un volante específico, desde Primaria tratan de evitar la saturación del servicio de Oftalmología en el hospital Cíes (7.233 pacientes esperan una media de 66 días, según datos de la última lista de espera).

Pero el convenio entre el Sergas y ópticas de Vigo entra en su tercer año de vigor con unos cinco pacientes atendidos cada día –fueron 5.700 desde su entrada en vigor–.

El programa pretende que los defectos de refracción, como miopía, hipermetropía o presbicia, que se consultan en el médico de cabecera, puedan ser derivados directamente a las ópticas concertadas. Este pacto excluiría, no obstante, las enfermedades.

Falta de direcciones

Pues bien, según los datos del Colegio de Ópticos de Galicia, el programa está teniendo más acogida en ciudades mucho menos populosas como Ourense, Santiago o Ferrol, que en la olívica. Una de las razones a las que apuntan los expertos es la costumbre más extendida de ir a la clínica privada directamente. También que en Vigo, el programa arrancó más tarde. Una facilidad que se hace necesaria teniendo en cuenta que casi dos mil personas actualmente esperan entre tres y seis meses para ser atendidas.

El presidente del Colegio de Ópticos, Enrique Valcárcel, destacó también en el momento de hacer balance del convenio, que más de 70.000 consultas de médicos de atención primaria y pediatras habían sido derivadas a las ópticas desde su inicio, lo que supuso una reducción de "entre el 18 y el 22 por ciento" de las listas de espera de distintas áreas del Servizo Galego de Saúde.

"Ha cambiado la mentalidad, sobre todo en el rural", resaltó Valcárcel, preguntado por la frecuencia con la que los gallegos acuden a los profesionales para revisar su vista. De esta forma, si antes contabilizaban "hasta dos años" para la inspección de un niño en un colegio, ahora cifran el tiempo "en una semana".

Entonces, destacó que la iniciativa "está funcionando muy bien", y "sólo le falta por arrancar" en Vigo y Monforte, ya que Ferrol y Lugo "tardaron" pero "ya están funcionado". Otro de los problemas para su puesta en marcha es que los médicos carecían de hojas y direcciones para realizar las derivaciones.