El proyecto de mejora de la seguridad en la torre del Concello mediante la instalación de un arco detector, escáner de rayos X y cámaras de videovigilancia se frena en seco cuando estaba a un paso de resolverse. El alcalde, Abel Caballero, ha decidido paralizar el concurso, ya adjudicado a dos empresas por 590.000 euros y pendiente sólo de aprobación definitiva en la junta de gobierno. y descarta invertir esa cantidad al tener sobre la mesa el plan de Rafael Moneo, encargado por él mismo al arquitecto madrileño para reformar toda la Praza do Rei y construir un nuevo complejo administrativo municipal. El concejal de Seguridad, Xulio Calviño, confirmó ayer que la decisión se adoptó porque “no tiene sentido gastar ese dinero, y menos en este contexto económico, cuando hay la posibilidad de ir a por una obra mucho más ambiciosa”. El concurso se abrió a raíz de los frecuentes robos en el edificio, que carece de las más elementales medidas de seguridad.

El alcalde mantuvo conversaciones en los últimos meses con empresas que, según manifestó, están “muy interesadas” en llevar adelante el Plan Moneo. Asumirían su financiación, superior a los 60 millones, que recuperarían, según el planteamiento municipal, con la gestión de un parking de 1.400 plazas y un centro comercial en el espacio público. Por otra parte, el gobierno local abrió en noviembre el concurso para instalar un sistema de seguridad y mejorar los accesos a la torre con una partida de 700.000 euros. La actuación se adjudicó a las empresas Oreco y Eyp por 590.000. Incluye la colocación de un arco detector en la puerta principal por el que tendrían que pasar todas las personas que entren en el edificio, y un escáner a fin de evitar que se introduzcan objetos peligrosos. Una medida que ya se aplica en otros edificios administrativos como la sede de la Xunta en la ciudad. También se instalaría un circuito cerrado de televisión con 13 cámaras en el interior del edificio, y otras diez en el perímetro.

Robos frecuentes

Los robos son un viejo problema en el Ayuntamiento ante la ausencia de controles tanto en el acceso como en las plantas. En los últimos años se han sustraído móviles, ordenadores portátiles, un televisor o dinero en metálico en despachos de los funcionarios. Los ladrones llegaron a entrar de noche en la sala de control de tráfico, donde se centraliza la regulación de toda la red semafórica de la ciudad.

El último delito se produjo la madrugada de este mismo lunes. Varios individuos entraron en el área de Intervención y se llevaron dos ordenadores de mesa. Un policía de guardia se percató de su presencia y fue detenido uno de los autores del robo. Calviño explicó ayer que “hay alarmas en el edificio, pero estaba desactivada en esas dependencias porque se encuentra en obras”.

Junto con las medidas de seguridad, el concurso recogía otras mejoras en la planta baja del ayuntamiento. Las puertas de entrada a la lonja, ahora de apertura lateral, se sustituirían por una giratoria, y en las oficinas se instalarían sistemas de climatización. El plazo para acometer las obras era de cuatro meses. Además se colocarían luces de indicación de los ascensores en los pasillos.

Cuando la junta de gobierno aprobó la apertura del concurso, Caballero manifestó que las obras no estaban “reñidas” con el Plan Moneo, ya que éste es un proyecto a medio plazo y las actuaciones previstas tenían carácter urgente. Argumentó la necesidad de realizarlas al carecer la torre municipal de “las mínimas condiciones de seguridad”, y trabajar los funcionarios de la lonja en una “precaria situación”. La elevada cuantía ha provocado que el alcalde se replantee la inversión y el concurso se ha paralizado en su fase final. Las obras que se ejecutarán para mejorar las condiciones de los funcionarios serán puntuales, mientras que el control de acceso se centrará en identificar a las personas que entren en la torre, pero éstas no se someterán a inspección por rayos x y detector de metales.