Imágenes que documentan desde visitas de altos mandos americanos, franceses o alemanes, cómo celebraban los militares la festividad del Carmen y momentos menos castrenses, como la actuación de la cantante “Minerva” para los marineros en febrero de 1973. Pruebas gimnásticas, ministros de Marina, generales, arzobispos y edificios como el “Siemens”, “Morse” y, por supuesto, el “Faraday” en construcción no se salvan de las instantáneas que reflejan la transformación de la Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada en Vigo entre 1953 y 1981.

Con tintes reivindicativos, para que las instalaciones de la antigua ETEA reabran “para usos sociales”, el director del Centro cívico de Teis, Avelino Gómez, muestra Apuntes históricos y fotográficos de la ETEA. El libro del que es coautor junto con Javier Mosquera es resultado de ordenar cronológicamente la historia fotográfica de la base naval que -según recordó- surgió en 1916 en medio de la I Guerra Mundial, con el objetivo de disponer de un número suficiente de minas submarinas para cerrar las entradas a las Rías Baixas (en una situación estratégica). Las fotografías históricas que reproduce fueron entresacadas entre el legado de la Archivo Naval de Ferrol e imágenes de vecinos, que suman más de 5.000. Y ahora, serán cedidas al Concello de Vigo para ser expuestas al público.

El concejal de Cultura, Xesús López, agradeció la cesión del archivo de imágenes, que prevé que pase a integrar el futuro Centro Galego de Fotografía, que se proyecta en la plaza Eduardo Chao y que albergará también el Archivo Pacheco y Ksado, así como los fondos correspondientes a las diferentes fotobienales celebradas en Vigo. Incluso al archivo Llanos “si regresa”. “Una fotografía puede ser arte, pero sobre todo es historia”, reflexionó López. “Y hablar de Teis es hablar de la ETEA porque centró el crecimiento del barrio a lo largo del siglo XX”.

Mostrar al público

“Siempre fue una zona cerrada y oculta”, aseguró por su parte Gómez Quirós -como vecino de Teis- , “no teníamos ni idea de lo que ocurría allí”. Como contraste, muchas de las imágenes muestran “sónar” y equipos altamente tecnológicos para la época, junto a talleres, a canteros trabajando en las piedras que luego formarían parte luego del edificio “Faraday” y al embarque de minas en la base. Otros aspectos como la construcción del muelle del Este o visitas de alcaldes de la época quedan perfectamente constatadas. Incluso, los planos de la capilla, que se quedó sólo sobre el papel pero que aparecía en el proyecto original de la ETEA. La actuación, presupuestada en 160.000 pesetas de la época no se llegó a construir, pero quedó glosada por el Comandante director, Manuel Álvarez Ossorio.