“Honrada por la elección” y con una gran voluntad arranca la labor de la primera cónsul honoraria de Perú Galicia, Rosa Fernández-Montenegro Iglesias. Ayer se inauguró la sede en un acto multitudinario, aunque las oficinas, situadas en el antiguo rectorado (calle Oporto, 1º), no abren al público hasta el lunes. Durante su intervención destacó los nexos históricos existentes entre Perú y Galicia; agradeció la confianza en ella depositada; presentó las líneas de actuación y, emocionada, pidió licencia para reconocer a su marido, Manuel Rodríguez -presidente de Rodman-, presente en la sala, todo su apoyo.

-¿Qué vínculos le unen con Perú?

-Es una relación que procede de muchos años atrás, de ayuda que proporcioné a la comunidad peruana y que tuvo buenos resultados.

-¿Con qué personal arranca el consulado?

-Es tarea del cónsul honorario llevar a cabo las funciones, que corren a su cargo. Por ahora estaré yo y una persona que se encargará de la oficina consular. Después iremos viendo cómo funciona.

-¿Cómo se sintió esta mañana al ver todo el apoyo que suscitó su nombramiento y la inauguración de las oficinas?

-Me he sentido muy arropada, sobre todo, por parte de la comunidad peruana. Han sido deliciosos conmigo. Es un gran honor y debo confesar que esta mañana me emocioné con sus muestras de afecto.

-¿Cuáles serán sus funciones principales?

-Además de los servicios consulares propios, también la coordinación con las asociaciones para ayudarles tanto como sea posible; la integración de los ciudadanos peruanos y la ayuda a las empresas peruanas que tengan intereses comerciales aquí y viceversa.

-¿Qué perspectivas tiene del arranque?

-El consulado nace con siete años de demanda y con buena voluntad por los usuarios y mucho trabajo por nuestra parte estoy segura de que conseguiremos sacar adelante este proyecto.

-¿Las asociaciones de peruanos que ya funcionan en la ciudad serán, entonces, un gran apoyo?

-Desde el año 2003, que no había un consulado en Galicia, estos colectivos han desarrollado una actividad extraordinaria. He tenido contacto con miembros de estas asociaciones y he comprobado que se trata de personas trabajadoras, serias y con mucha voluntad para ayudar y cooperar.

-¿Por qué se decidió que fuese Vigo la ciudad que albergase este consulado y no Santiago, como hasta 2003?

-Independientemente del número de peruanos que viven en la ciudad, muy cuantioso, los consulados siempre se situaron en puertos de mar.