El conocimiento de la normativa que rige el cumplimiento de los horarios de cierre en los locales de copas -se ordena el cese de su actividad cuando cometen la novena infracción - ha caído como un jarro de agua fría entre los vecinos y la Asociación Viguesa contra el Ruido. Este colectivo tacha de “vergonzoso y permisivo” que los pubs y discotecas puedan infringir el horario hasta ocho veces con la única consecuencia de una sanción económica. “Se está beneficiando a los empresarios porque a ellos les interesa pagar una multa de 300 euros por abrir dos horas más. Si tienen el local lleno, van a ganar más de lo que abonan por la sanción”, afirma el presidente de la asociación, Javier Quintana.

Los vecinos del Casco Vello, que también representan a los residentes de la zona de Churruca (una de las más problemáticas en cuanto a ocio nocturno), se muestran resignados y aseguran “estar cansados de denunciar” contaminación acústica en establecimientos del barrio e incumplimiento de horarios de cierre. “La normativa no se está aplicando, los vecinos llaman a la Policía y la mayoría de las veces no aparece. Creo que estos temas no son preferentes en sus labores del fin de semana, supongo que por la falta de efectivos”, señala el presidente del colectivo vecinal, Henrique Macías.

Considera que “por mucho que se denuncia, no se consigue nada, lo que provoca un cansancio vecinal”. Macías lamenta que los residentes del barrio histórico de Vigo lleven “años sufriendo” las consecuencias de la “movida”.

Conflicto de intereses

Si los afectados por el ruido demandan que el horario de cierre de los locales de copas se adelante una hora, los hosteleros reclaman que se amplíe “en los establecimientos bien insonorizados, que no estén rodeados de casas y fuera del centro”. Cada colectivo defiende sus intereses y desde la asociación vecinal Fonte do Galo -que abarca las zonas de Rosalía de Castro y Areal- afirman que los que deben primar son los de los ciudadanos.

Por su parte, el responsable de la Federación Provincial de Hostelería, José Magaz, destaca que la normativa de horarios “escorrecta” y se queja de que el sector “no pueda hacer horas extras como otros negocios”. “Los hábitos de la gente han cambiado y debemos adaptarnos a la demanda. Ahora se sale de casa a las dos de la mañana, cuando antes ya se estaba de vuelta a las cuatro”, explica el presidente de los hosteleros. “La Policía aumenta el control justo en uno de los mejores meses del año para el sector; nos están machacando”, se queja.