El Instituto de Salud Carlos III responsabiliza a los criterios con los que se puntúan las propuestas, y no al recorte presupuestario de la negativa a financiar los "laboratorios de Investigación de uso compartido" que solicitó el Instituto de Investigación Sanitaria de Vigo por un importe de 580.223 euros. El plazo para presentar alegaciones finalizó sin objecciones del instituto vigués, lo que implica –aseguran– "que no han llegado a la puntuación mínima".

Sin embargo, dejó entrever que entre los proyectos que sí han logrado clasificarse está una infraestructura que pide un organismo idéntico (Instituto de Investigación Sanitaria) y que conforman la Universidad de Santiago –que cuenta con la titulación de Medicina – y el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS). Las solicitudes de infraestructuras se elevaron al centenar.

La no consecución de la ayuda de ese departamento –que depende del Ministerio de Ciencia e Innovación– acarrea para Vigo que hasta diez grupos de investigación del Sergas y la Universidad se quedarán sin poder trabajar en ese centro de 1.400 metros y ubicado en el hospital Rebullón. Al menos, durante este año.

La directora del Instituto de Investigación Sanitaria de Vigo, que fue quien lo solicitó, Carmen Navarro, achacó anteayer la negativa del Ministerio a los recortes en los presupuestos de I+D+i. La pretensión era aglutinar a todos los investigadores del Chuvi y la Universidad. "El proyecto existe y seguirá adelante; si no puede ser este año, será el que viene. No es la primera vez que nos rechazan algo", aseguraron ayer promotores de la idea a FARO. También, que entre los hándicaps para puntúar a la baja la infraestructura está el "escaso valor estratégico del centro" y el que los docentes investigadores son profesores asociados.

La Consellería de Sanidade, que reconoció la pérdida de la subvención para Vigo y se comprometió a buscar vías de financiación alternativas, no pudo confirmar que el Instituto de Santiago consiguiese el proyecto al que concurría. La razón es que la información no se facilita hasta que no se emite resolución definitiva.

Este periódico pudo saber a través de la Universidade de Santiago que se trata de una solicitud cuya coordinación dirige el doctor González Quintela, con el que no fue posible contactar. Precisamente ayer se cerró el periodo de alegaciones de esta línea de ayudas y entre los baremos a medir se encontraba el porcentaje de investigadores, la producción científica del centro, el currículum de los profesores o la dotación de servicios y equipos para el centro. Entre los proyectos históricos de Santiago está un centro de investigación médica de la USC –se preveía un edificio de 6.400 metros para 250 investigadores– o un centro de experimentación animal.