Una afición tan sencilla como acudir al teatro o al cine se puede convertir en una auténtica odisea para las personas con discapacidad. Jóvenes en silla de ruedas o con sordera carecen de una oferta de ocio adaptada en la ciudad y corren el riesgo de "autoexcluirse" por la falta de concienciación de algunos empresarios. "Empezamos a integrarnos en el ámbito laboral, pero el ocio es todavía un terreno por conquistar", resalta Ángel Holguera, responsable en Vigo de la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami). Con problemas de movilidad, como le ocurre a muchos otros compañeros y amigos, encuentra inaccesibles decenas de locales nocturnos y cuando quiere ir al cine se ve obligado a ver la película en el foso, delante de la primera fila, al carecer las salas viguesas de rampas de acceso y plataformas para subir cómodamente hasta el fondo de la sala o situar una silla de ruedas.

Cada vez más integrados en el ámbito laboral, sorprende las dificultades que los colectivos de discapacitados encuentran para acceder a actividades de ocio generalistas, ya que el cine o el teatro quedan para muchos reducidos a su entorno privado o a su grupo de amigos. El supuesto veto a un grupo de chicos con discapacidad en un pub de Vigo ha removido conciencias, pero también sirvió para demostrar que hay ámbitos que no han sabido adaptarse a sus necesidades.

El ejemplo más claro es el cine. Las únicas instalaciones que permitían a las personas con movilidad reducida disfrutar de su afición al séptimo arte en buenas condiciones eran precisamente los de Plaza Elíptica, recientemente cerrados, porque reservaban espacio entre las columnas de butacas suficiente para colocar las muletas o una silla de ruedas. Y no es éste el único colectivo para el que los cines son casi terreno vedado, pues también las personas con problemas auditivos carecen de una programación a su alcance con subtítulos.

La Asociación de Personas Sordas de Vigo intentó gestionar con los responsables de las salas sesiones en versión original y subtituladas en español que solucionarían las dificultades del colectivo y supondrían una buena oportunidad para el alumnado de Filología Inglesa y Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo. "Lo planteamos pero alegaban que no era rentable y no hemos vuelto a tener noticias", lamenta el secretario general de la entidad, Antonio Castro, que solicita más iniciativas como el ciclo de cine organizado este verano por el Concello al aire libre y adaptado para personas sordas.

Con sus explicaciones intenta llamar la atención sobre un problema de fácil solución pero en el que muy pocos reparan. "¿La última película que vimos en el cine? La Pasión de Cristo, rodada por Mel Gibson en latín y arameo y subtitulada en todo el mundo. Y hace mucho tiempo –es de 2004–", resalta con cierta nostalgia, la misma que deben sentir todos los miembros del colectivo por una buena obra de teatro. No tienen posibilidad de acudir a una función porque no hay intérpretes, así que la asociación organiza teatro adaptado para sordos y tienen prevista una representación el próximo 30 de enero en el Centro Cultural Caixanova.

Una vez más, son los colectivos que los agrupan los que promueven actividades acordes con sus necesidades, como hace Feafes Galicia (Federación de Asociaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental de Galicia). La responsable de los programas de ocio y deporte del grupo, Zulema Rodríguez, explica satisfecha los buenos resultados de las actividades organizadas de forma pionera en Santiago y que se preparan ya en A Coruña, Lugo y Vigo.

La portavoz del colectivo considera que las enfermedades mentales "son tadavía un tabú". Al analizar los problemas de socialización de las personas con las que trabaja asegura que "el mayor problema es que se retraen ellos mismos por miedo a que los discriminen y porque realmente la sociedad no los acepta plenamente", sostiene.

Desde Feafes intentan cambiar esa mentalidad por dos vías: programas de ocio con monitores en las ciudades gallegas donde tienen delegación y una segunda fase de promoción del ocio normalizado. "El objetivo final de las salidas es animarlos a que queden entre ellos y se independicen", el mismo que persiguen todos los demás colectivos de apoyo.