Tras cinco años volcados en el ámbito científico al servicio de la Universidad de Vigo, cinco investigadores contratados con el programa Parga Pondal finalizaron en septiembre su labor en la institución viguesa sin poder optar a un puesto de trabajo fijo, tal y como reza la filosofía de este plan subvencionado por la Xunta. Decepción y desilusión son las palabras que rondan por la cabeza de estos profesionales, que han visto truncadas sus expectativas laborales para poder aspirar a un empleo indefinido en su tierra. Los afectados afirman que la "falta de planificación" entre el Gobierno gallego y las universidades y la consecuente escasez de plazas en estas instituciones contribuirán a que los científicos de nuestra comunidad autónoma emigren a otros países en busca de un trabajo digno. Es más, algunos de los profesionales que trabajaron en la Universidad de Vigo a través del Parga Pondal abandonaron empleos en el extranjero para regresar a Galicia.

Los cinco investigadores afectados superaron con creces los requisitos del programa Colmeiro, donde se evalúan los conocimientos adquiridos a lo largo de los cinco años contratados con el Parga Pondal. "Al cumplir los criterios, la Xunta subvenciona durante otros tres años nuestros empleos con la condición de que sean estables, algo que la Universidad no está dispuesta a asumir", señala Rosa Farto, una de las investigadoras que se vieron obligadas a dejar su labor en el campus vigués. "¿Para qué ofertan más plazas en programas que pretenden consolidar la carrera investigadora (como el Isidro Parga) que en el plan de promoción de la Universidad? En Vigo es el único mecanismo para conseguir un trabajo estable", se pregunta Rosa.

Javier Rodríguez, doctor en Antropología Física, considera que ese plan de promoción "es demasiado pobre y desequilibrado". "El dinero invertido en investigación es dinero perdido porque no nos dejan continuar con nuestro trabajo. La Universidad se aprovecha de las subvenciones y luego no estabiliza el empleo", critica.