Un nuevo espacio cultural para regenerar el Casco Vello y reforzar el papel de la ciudad como referente en Galicia de la expresión artística. Con estos ambiciosos objetivos arrancó ayer el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, la presentación del proyecto de la futura pinacoteca que se ubicará en los edificios 8, 10 y 12 de la calle Abeleira Menéndez, un conjunto arquitectónico recién adquirido por el gobierno local por cerca de dos millones de euros, y que conforman el conocido como pazo Ares Taboada. Cuando concluya su rehabilitación, la pinacoteca dispondrá de casi 1.500 metros cuadrados para exponer los fondos que el Museo Quiñones de León almacena por falta de espacio.

La inversión estimada en las obras alcanza los 2,4 millones de euros. Santiago Domínguez avanzó que la partida se incluirá en los presupuestos municipales para el próximo año, actualmente en fase de elaboración. Ahora comenzará la redacción del proyecto constructivo con el objetivo de iniciar los trabajos en marzo del próximo año. Estiman que la ejecución podría concluir en el plazo de 10 a 12 meses, con lo que su apertura al público podría situarse a mediados de 2011. “Se trata de una inversión productiva”, dijo, para asegurar a continuación que el espacio “traerá a la ciudad un retorno económico similar al que generó la apertura del Museo de Artes Contemporáneo, Marco”. Además, añadió, contribuirá a la regeneración urbanística de la parte alta del Casco Vello.

250 años de antigüedad

Al teniente de alcalde le acompañaban los concejales de Cultura y de Patrimonio Histórico, Xesús López y Edosio Álvarez, respectivamente. Ambos señalaron que la futura pinacoteca expondrá los fondos del Museo Quiñones de León que ahora no se pueden exponer al público por problemas de espacio. “Albergará la gran mayoría de los fondos del museo, especialmente de pintura gallega, aunque parte de las obras permanecerán en Castrelos porque pertenece, indisolublemente, al pazo”, agregó.

Este concejal concedió especial relevancia al conjunto arquitectónico elegido por su alto valor histórico y patrimonial. “Es uno de los pocos pazos de la ciudad que tiene más de 250 años, y en él está la historia contemporánea de Vigo”. Según los informes técnicos encargados por Tenencia de Alcaldía, los edificios se encuentran “estructuralmente bien, aunque deteriorados por el paso del tiempo”.