La conocida como "nave azul" situada en el muelle de cruceros entre los edificios de la Estación Marítima y de sesiones de la Autoridad Portuaria, tiene sus días contados. El Puerto ha licitado un concurso de ideas y de obra para convertir todo el espacio que ocupa la nave en un gran ámbito de uso público, con una gran fuente luminosa.

El pliego de prescripciones administrativas, aprobado ya por el Puerto, supone una inversión de 2,6 millones de euros. En esa cantidad se incluye tanto el derribo de la nave –en desuso desde que concluyó la concesión portuaria para la base de buques cableros hace más de cinco años– como la redacción del proyecto, la construcción y el mantenimiento de lo que pretende ser "la gran fuente de la ciudad", en palabras de la presidenta de la Autoridad Portuaria, Corina Porro.

"Pretendemos construir una fuente de última generación, en la que el agua es compatible con efectos de luz, sonido y imagen, como ya las hay en algunas grandes ciudades europeas", manifestó Porro, que destacó "la importancia de la inversión para el uso público de un espacio que hasta ahora ocupaba una nave industrial".

La iniciativa, denominada "fuente cibernética multimedia" contará desde su inicio con una estructura ya construida hace tiempo. En el interior de la nave hay seis silos circulares de unos tres metros de profundidad, que servirán como soporte para la propia fuente, a modo de grandes piscinas, y los mecanismos que deban incorporarse para los artilugios de luz y sonido.

La superficie total que se pondrá a disposición de los ciudadanos en esa zona del muelle de cruceros asciende a 3.300 metros cuadrados.

Espectáculo

"La idea nace de abrir espacios hacia el mar a los ciudadanos, ya que la nave actual supone una auténtica barrera para la visión desde cualquier punto de la ciudad", manifestó la presidenta portuaria, que insistió: "Va a ser un gran espectáculo que cambiará por completo la fisonomía de la zona y que podrá verse desde muchos lugares de la propia ciudad".

La iniciativa está orientada, según la memoria del pliego de prescripciones, al disfrute de los vigueses y de cuantos visiten la zona portuaria central y también como elemento de atracción para los miles de cruceristas que cada año hacen escala en el puerto vigués.

"Se podrán hacer proyecciones, espacios con distintas fases de luz, con color y mezclado con la música. Un auténtico espacio multimedia al aire libre que servirá como punto de atracción", señaló Corina Porro.

En el coste de la obra se incluirá también el mantenimiento de las instalaciones durante un periodo de dos años.

Círculo completo

Con este proyecto se completa el círculo para liberar espacio portuario y dedicarlo a uso ciudadano en las inmediaciones del frente litoral del casco urbano.

Al proyecto de la "fuente cibernética" que ahora licita la Autoridad Portuaria –con la inversión más elevada de las presupuestadas hasta ahora para este fin por el Puerto– se unirá también el espacio a liberar en las inmediaciones de las naves de la fruta del muelle de Comercio, el edificio de rederos situados al borde de Cánovas del Castillo y parte de la superficie próxima al edificio el Real Club Náutico. Además, según los planes ya explicados por la presidenta portuaria, una vez que se recupere la concesión de Casa Pepe, un espacio de esas naves será para uso público y otra para dar servicio a los cruceristas que lleguen a la ciudad.

"Nuestra intención es llevar a cabo, centrándonos en el muelle de trasatlánticos, una urbanización de toda la zona para que vigueses y visitantes puedan disfrutar de ella", insistió Porro.

En la explanada de trasatlánticos sólo permanecerán, como edificios de uso oficial, el inmueble de sesiones, en el extremo oeste del muelle y el propio de la Estación Marítima, "algunas de cuyas dependencias ya se usan para eventos ciudadanos", concluyó Porro.

Los restos de lo que fue una gran actividad

La nave de los cableros es un vestigio de lo que fue una gran actividad portuaria, durante los años en que Vigo era base de los buques para tender cables submarinos en el Océano Atlántico. Allí se realizaba toda la actividad de tierra, desde el almacenamiento de los cables –en los seis grandes silos que se encuentran en el interior y que serán rehabilitados con el nuevo proyecto– hasta tareas de reparación y talleres. Los buques, además, tenían una reserva de espacio en el muelle de cruceros, justo al lado de la nave.

La nave cayó en desuso hace más de cinco años. Su aspecto exterior en nada tiene que ver con los edificios la rodean, el de sesiones de la Autoridad Portuaria y el de la Estación Marítima, además de suponer una importante barrera visual sobre la ría.

"Con el proyecto que planteamos de derribar la nave y de construir una gran fuente con posibilidades de espacio multimedia conseguimos eliminar una barrera más a las vistas de la ría desde el centro de la ciudad, ya que la nueva instalación, por sus características, se podrá divisar desde muchos lugares de Vigo", justificó la presidenta de la Autoridad Portuaria.