Alcantarillas incapaces de absorber toda el agua que caía sin tregua del cielo, calles intransitables debido a las inundaciones, zonas comerciales sin luz durante toda la tarde, semáforos inutilizados, coches atrapados en improvisadas riadas... Vigo vivió ayer una jornada de caos, confusión y malestar ciudadano provocado por las intensas lluvias registradas durante horas. Los bomberos y los policías locales no dieron abasto para intentar poner un poco de orden en un día loco.

Unos de los más afectados fueron los vecinos y negocios de la calle Urzáiz, que se quedaron sin luz a partir de las 16.46 horas por una inundación en el centro de transformación ubicado en la calle Colón. El apagón afectó a un millar de personas aunque el número se redujo a 200 tras 25 minutos de oscuridad total. Según fuentes de la empresa responsable, Unión Fenosa, en la avería confluyeron dos variables: la lluvia y las obras de humanización de la vía.

Las alcantarillas no soportaron la presión del intenso aguacero, lo que propició la inundación del parking que se está construyendo en Policarpo Sanz. La arena procedente de las obras mezclada con la lluvia hizo que el problema tardase en resolverse. "Llevamos varias horas sin luz, los operarios están achicando agua con tres bombas pero según me comentaron la cosa va para largo porque hay diez metros de agua en los subterráneos", declaraba a media tarde José Manuel, un vecino de la calle Urzáiz, quien no podía ocultar su malestar: "Parece mentira que en toda la vía no haya un saneamiento".

Improvisados ríos urbanos

Pero no sólo Urzáiz sufrió las consecuencias de las intensas lluvias. Las calles Rosalía de Castro, Oporto, Coruña, Gran Vía y sus alrededores, avenida de Castrelos, Florida, Balaídos, el barrio de Teis, plaza de Compostela... forman parte de una larga lista de vías anegadas que convirtieron el asfalto en improvisados ríos urbanos. "¡Esto es una vergüenza! Es increíble que la ciudad esté inundada después de gastarse un montón de dinero en las obras de humanización!", se indignaba Sandra Duarte.

Otro vecino, esta vez en la Calle Coruña, denunciaba la inundación del alcantarillado de Torrecedeira, recién inaugurado y que ayer presentaba "charcos enormes". Mientras que un residente de Elduayen se quejaba de que había tenido que hacer "un canal artesanal" para que no le entrase agua en el sótano de su casa.

Las riadas afectaron también a los viandantes, incapaces de cruzar las calles, como un hombre que tardó 45 minutos en atravesar Rosalía de Castro; y a conductores que hicieron verdaderas proezas para poder transitar por la ciudad. A las crecidas de agua se sumaron numerosos semáforos inutilizados debido a los cortes de luz.

Aunque los incidentes se concentraron por la tarde, desde primera hora la ciudad vivió numerosos percances e incidencias. Una de las más importantes fue el accidente en la avenida de Madrid en el que se vieron involucrados tres coches y que se saldó con una persona herida.