El Bernardo Alfageme ya está a flote. Descartada la intención del anterior gobierno de adecentarlo para exponerlo en tierra y lo más cerca posible del mar, la Concejalía de Patrimonio Histórico ha destinado 18.000 euros a reparar el casco con el objeto de mantenerlo en el agua dejando para una segunda fase su restauración interior para hacerlo visitable.

Construido en 1944 en los astilleros Barreras, el Bernardo Alfageme es el único barco de pesca de altura de la primera mitad del siglo XX que se conserva, lo que le convierte en un elemento muy destacado del patrimonio industrial de Galicia. Por ello, desde la Concejalía de Patrimonio Histórico se considera que su destino tiene que ser uno de los pantalanes del Museo del Mar. Y parar ello, el titular del departamento, Dosio Álvarez, quiere reunirse con la Dirección Xeral de Patrimonio Histórico de la Consellería de Cultura para determinar las obras a realizar en el muelle y su participación en la restauración interior del propio buque para que pueda ser visitado “y así se conozca en qué condiciones trabajaban los marineros en los años cuarenta”.

El barco faenó especialmente en el caladero del Gran Sol, aunque las últimas mareas fueron realizadas en el sur de Portugal. Ya con base en el puerto de Marín fue dado de baja en 1988 y años después cedido al Concello para su restauración e incorporación al Museo del Mar.

Cuando se planteó su restauración, se barajaron tres alternativas tras consultar con técnicos en la materia.

Alternativas

Una era la plena restauración del buque, para tenerlo a flote y visitable. Esta actuación costaría casi 700.000 euros, con un gasto de mantenimiento de 12.000 euros cada dos años. La otra alternativa era tenerlo en tierra y visitable, lo supondría eliminar del presupuesto anterior los costes de mantenimiento debidos a la incidencia del mar sobre la obra viva. Y la tercera opción, que es la que fue la elegida por el anterior gobierno local y ahora se ha rectificado, tenerlo en tierra no visitable, por lo que la rehabilitación sería solamente externa. Según los técnicos, el resultado final sería “más una escultura que la recuperación de un elemento histórico”.