David Santos, Nacho Crespo y David Fernández son los buceadores de la empresa de arqueología submarina Argos que localizaron el viernes en A Borneira (Cangas) l8 cañones pertenecientes a la fragata francesa del siglo XVIII Hermenie cuyo naufragio está datado en 1762. El hallazgo está relacionado con los trabajos de prospección de los pecios de Valparaíso y Southerm Cross en A Borneira, encargados por la Dirección Xeral de Patrimonio. David Santos es el responsable de la expedición.

-¿Qué trabajo queda por hacer y cómo se hará?.

-Pues el posicionamiento de los cañones, qué relación tienen unos con otros y después su localización exacta en una carta marina. El viernes realizaremos una posición más meticulosa con un motor con hélice que nos permitirá bucear más rápido e ir a la parte baja de A Borneira, donde creemos que puede haber un pecio más interesante.

-¿Y sacar los cañones?

-No, no se contempla. El riesgo de expolio es nulo. Están fusionados con las rocas y sería muy complicado subirlos. Además, el mayor problema es conservar estos cañones fuera del agua, ya que requieren de un tratamiento muy caro. Lo que sí resultaría efectivo y merecería la pena sería crear una especie de ruta arqueológica submarina en la zona, con carteles señalizadores indicando dónde están los cañones y los pecios. Sería una musealización in situ que tendría un coste mínimo. Ayudaría, además, a divulgar la riqueza arqueológica marina.

-¿Ustedes no creen en el mítico tesoro de Rande?

-No. Es todo una falsa propaganda.

-Pero la Ría de Vigo sí que puede considerarse un lugar privilegiado para la arqueología subacuática.

-Si, sí, puede aparecer de todo, desde pecios romanos hasta vikingos, de todas las épocas. Lo que ocurre es que la arqueología submarina es la hermana pobre de la otra arqueología, que tampoco es muy rica que digamos. En Galicia sólo nos dedicamos dos empresas a estos trabajos, con todos los kilómetros de costa que hay y rutas por las que pasaron infinidad de barcos a través de los años. La Ría de Vigo, por sus condiciones, donde abunda el sedimento y hay ausencia total de oxígeno, es un buen lugar para localizar yacimientos arqueológicos gigantescos. Pero no está la economía actual para destinar dinero a este tipo de trabajos a gran escala.

-¿Hay esperanzas de localizar el casco del “Herminie”?

-Pocas, la verdad. Es un fondo rocoso y lo normal es que los temporales hubiesen destruido el casco de madera. La única posibilidad es encontrar algo entre los bancales de arena. Sería lo que nos podría identificar definitivamente el barco.

-Una de las dificultades que tendrán será la de los saqueadores, los buscadores de tesoros.

-Aquí hay que agradecer el comportamiento del club Galerna, que de inmediato dio parte a la Guardia Civil del hallazgo. Pero a pesar de la rapidez con la que se actuó, al día siguiente de hacerse público ese hallazgo, la zona estaba poblada de buceadores. De inmediato acuden los piratas del mar. Y total por unos simples clavos de bronce.

-¿Existen colecciones privadas con objetos expoliados del fondo del mar?

-Claro que las hay. Y no sólo en la Ría de Vigo. Basta con ir a Ribadeo y ver como se cuelgan en las casas anforetas del siglo XVII.

-¿Se acordaron de alguien en este hallazgo?

-Tenemos que mencionar aquí la labor desarrollada por los arqueólogos subacuáticos de García Alén, de Vigo. Un trabajo realizado en los años 80 y que no fue tenido en cuenta por la Xunta de Galicia de entonces. y que nos permitió encontrar los cañones.