La Ría de Vigo es una fuente inagotable de restos arqueológicos. El último hallazgo se sitúa en los alrededores del faro de A Borneira (Cangas), y por la dimensión, grado de conservación y antigüedad de los restos podría situarse a la altura de los míticos galeones de la batalla de Rande sumergidos en aguas de la Isla de San Simón. Buceadores enviados a la zona morracense por la Consellería de Cultura -tras el descubrimiento inicial de unos marineros- han localizado a muy poca profundidad la mayor concentración de cañones de la que se tiene constancia en Galicia: 18 piezas de artillería, fabricadas en hierro y 1.000 kilos de peso cada una. Sin que todavía haya concluida la expedición subacuática, los arqueólogos creen que los restos pertenecen al navío francés Herminie, datado en 1762, cuando en España reinaba Carlos III.

Los expertos consultados por este periódico aseguran que este nuevo hallazgo “viene a confirmar lo que ya se sabía por las investigaciones sobre los naufragios de la época. Pero una cosa es saber que existen y otra localizarlos y fotografiarlos”. A los buzos de la empresa Argos lo que más le llama la atención es que todo este material permaneciese siglos tan cerca de tierra y a una profundidad máxima de nueve metros. A esta cota y con aguas claras, los restos podrían ser observados desde cualquier embarcación.

“Alucinante”

“Lo que hay ahí abajo es alucinante”, relata David Santos, buceador de Argos. Con esta frase resume su impresión sobre lo que vio y tocó estos días bajo el agua: 18 cañones amontonados sobre un lecho marino de rocas y laminarias. Todos están fusionados con las rocas debido al proceso de oxidación. Son de hierro, miden unos dos metros y medio de largo y pesan en torno a una tonelada cada uno. La degradación del material complica una posible extracción y, en cualquier caso, Santos entiende que al ser de hierro tendrían poco interés para sacar información científica de ellos. Según la documentación que manejan los buceadores de la citada empresa, podría haber en total 36 cañones.

Falta mucho por investigar de este navío. Se trata de una fragata que pudo buscar refugio en la Ría de Vigo pero acabó precipitándose al fondo tras encallar en los bajos de A Borneira. Yago Abilleira, responsable de Arqueología de la Federación Gallega de Actividades Subacuáticas (FEGAS), aporta un interesante argumento histórico sobre lo ocurrido con este enigmático buque: “En 1762 Francia y España eran aliadas y estaban en guerra contra Inglaterra, como tantas veces en nuestra historia. No se puede descartar que la fragata viniera huyendo de una escuadra inglesa que bloqueaba Galicia [una táctica muy usada por los Ingleses] y, en su alocada carrera, se estrellase contra el bajo”.

Otro aspecto del pecio del Herminie que sorprende a quienes participan en su localización es el hecho de que, al menos durante los cuatro días escasos que llevan sumergiéndose en la zona, no se hubiera encontrado más material que el estrictamente bélico. Abilleira aporta la siguiente explicación: “Sin hallarse armas portátiles, ni cuchillos, pistolas o mosquetes; ni anclas, ni objetos de la vida cotidiana como cacerolas, poleas o clavos para reparaciones, hace pensar en que los franceses rescataron del naufragio de la fragata todo lo que pudieron, dejando los cañones por su elevado coste de transporte y su nulo valor militar. Además, podrían reventar al disparar”.