El Centro Oceanográfico de Vigo busca una dieta que garantice la supervivencia del pulpo criado en cautividad y haga rentable su cultivo. José Iglesias, miembro del equipo que trabaja en este estudio, explica que el gran escollo que se han encontrado es la alta mortalidad de las larvas de pulpo durante los dos primeros meses de vida a causa de las dificultades que supone la alimentación.

Los trabajos se dirigen actualmente a buscar un alimento que reúna artemia cultivada y crustáceos microscópicos y determinar si es suficiente para garantizar el desarrollo del cefalópodo.

Los investigadores pretenden comprobar si las larvas de crustáceo congeladas serían un buen componente nutricional, ya que ello permitiría hacer acopio de las mismas para la fabricación del pienso.

Otra de las líneas de investigación se dirige a buscar una fórmula para lograr una partícula inerte que garantice que el alimento permanezca en suspensión, algo fundamental para que la cría pueda alimentarse.

"La dificultad con la que nos encontramos hasta el momento estriba en hallar el componente exacto del alimento que necesitan las larvas en los dos primeros meses de vida para que la supervivencia sea lo suficientemente alta y garantice la cría industrial", manifiesta Iglesias. Por el contrario, el crecimiento del pulpo una vez superado dicho periodo "es muy satisfactorio".

El Centro Oceanográfico de Vigo es el único del mundo que experimenta en el ciclo completo de cultivo del pulpo, y lleva trabajando en este campo más de una década.