La alternativa a la sinuosa autovía A-55, que une Vigo con Porriño, empezará a construirse a principios de 2012. El Ministerio de Fomento adjudicará próximamente el proyecto del nuevo vial, que partirá desde el final de la avenida de Madrid, a la altura del Seminario, y salvará Puxeiros con un túnel de 2,5 kilómetros, para continuar en superficie hasta conectarse a la A-52, que comunica con la Meseta. La obra costará 170 millones de euros y tendrá una longitud de 10 kilómetros. El alcalde, Abel Caballero, se reunió ayer con el jefe de la Demarcación de Carreteras de Galicia, Ángel González del Río, y anunció que "en pocas semanas se adjudicará el proyecto".

Su redacción requiere de un plazo de 18 meses debido a la complejidad técnica del trabajo, sobre todo por el trazado del túnel y la construcción de viaductos, lo que motiva también un elevado precio del contrato, que alcanza los cinco millones de euros. La tramitación de la nueva autovía, iniciada en 2002, acumula años de retraso. El estudio informativo se aprobó en octubre de 2007 y entonces el gobierno de la Xunta anunció que en 2009 empezarían las obras.

El tramo, con dos carriles por sentido y una velocidad máxima de 100 kilómetros por hora, salva el recorrido actual de la A-55, que presenta elevados índices de siniestralidad y un tráfico superior a los 60.000 vehículos diarios. Ni la mejora del pavimento y la señalización, ni la instalación de dos radares para obligar a los conductores a reducir la velocidad, han logrado sacar el vial de la lista de puntos negros de circulación debido sobre todo a la peligrosidad de las curvas de Tameiga. El año pasado hubo 81 heridos por accidentes a lo largo del recorrido entre Vigo y Mos.

El trazado de la nueva autovía afecta al polígono industrial y terciario de 100.000 metros cuadrados proyectado en Baruxáns, y el Plan Xeral aprobado por el Concello excluyó la actuación a pesar de que el proceso para edificar el parque empresarial está avanzado.

La Xunta anterior anunció su intención de convertir la autovía actual en una avenida que permitiría reducir la fractura que provoca ahora en el término municipal de Mos. La Confederación de Empresarios proponía renunciar a la nueva y liberar el peaje de la AP-9 entre Vigo y Porriño para convertir la actual autopista en alternativa a la A-55