Con la máxima de que la danza es higiene física, mental, educativa y terapéutica, los profesionales de la danza de toda España salieron ayer a la calle en numerosas ciudades para contrarrestar la cultura del sofá y del mando a distancia. Los bailarines gallegos también celebraron su Día Internacional con este espíritu integrador.

El museo Verbum de Vigo acogió un variado espectáculo –parte del festival “Espazos que danzan”– en el que fueron protagonistas los diversos estilos de danza contemporánea. La compañía Experimenta Danza, organizadora del evento, pretende, tal y como su nombre anuncia, “experimentar con los espacios y las sensaciones”, explica la directora, Carlota Pérez. “Creo que la danza contemporánea actual sufre la falta de comprensión del público. Así, al vivirla tan de cerca, es mucho más fácil entenderla”, explica. También los coreógrafos y bailarines, admite, “tenemos mucho por aprender; nos inclinamos demasiado hacia lo dramático y lo abstracto cuando la gente, especialmente en el momento actual, necesita una danza más concisa y alegre”, opina la bailarina que, además, asegura que esa filosofía “es mucho más enriquecedora para nosotros”.

El variado espectáculo que ofrecieron en el Verbum, comenzó con un montaje para los niños, “Jugando con el arte”, y continuó con varias muestras de distintos tipos de danza, desde la aérea y acrobática que mostró Sue Moreno, al mimo con toques de baile de Fredi Muíño; la danza teatro de la propia Carlota, que estrenó en Vigo “En busca de aire”, y la variación“Primer asalto”, sobre la importancia de la escucha.

También los niños de la escuela de baile Terpsícore quisieron sacar su arte a la calle y sorprendieron a los que paseaban por el Mercado del Progreso con un espectáculo, –organizado por la Asociación de Comerciantes Zona Centro– y la lectura del manifiesto del Día de la Danza.