El 2 de agosto de 2007, poco después de que Caballero asumiese la Alcaldía, el regidor y Rafael Louzán salieron sonrientes de su primera reunión en el Concello para tender puentes entre ambas instituciones y abordar las inversiones de la Diputación en la ciudad. Caballero se refirió entonces al encuentro como “útil, cordial y satisfactorio”. Louzán aseguró que mantendría una “intensísima” colaboración con el Ayuntamiento, por encima de cuestiones partidistas, y con “lealtad institucional”. El propósito de buenas intenciones por parte de ambos se quedó en eso. Desde octubre el alcalde envió 15 cartas a Louzán. El responsable de la institución, por su parte, remitió cuatro. Y en medio, críticas mutuas, sin síntomas de acercamiento alguno.

Caballero, que había demandado un paquete de humanizaciones de calles por valor de 20 millones, acusó a la Diputación, en frecuentes intervenciones, de “no dedicar ni un euro a Vigo”, mientras que se había volcado con Porro. Louzán y la ex alcaldesa, vicepresidenta del ente, propusieron el proyecto de un centro de ocio en Navia y la reconstrucción del antiguo Colegio Alemán para destinarlo a centro cívico en A Bouzas, y acusaban a Caballero de obstruirlos. El alcalde sostenía que el proyecto de A Bouza no se ajustaba a la legalidad, por traspasar los límites de la parcela municipal, mientras que para Navia ya existe un proyecto deportivo municipal.

De las 15 cartas enviadas, más de la mitad fueron para reclamar las humanizaciones, pero hubo otros motivos de discrepancia. El Concello demandaba aportación económica para lograr la cesión al MARCO de la colección de la Fundación Ellipse, más de 600 obras de prestigiosos artistas contemporáneos. También se reclamó la limpieza de los viales pertenecientes al ente, que contestó que el Concello tenía deudas contraídas sin pagar. Finalmente, Caballero pidió a Louzán que pusiese “fecha, lugar y hora” para celebrar una reunión . Ésta se produjo ayer, y con ella el primer acuerdo entre ambos.