La construcción del centro comercial que completará la urbanización de la llamada “parcela de Pizarro” está pendiente de un informe de Medio Ambiente, ya que este tipo de instalaciones está sujeta al Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres y Nocivas, RAMIN. El informe es preceptivo y se emite una vez que el proyecto cuenta con las licencias municipales. La previsión es que las obras puedan comenzar antes del verano y con una duración aproximada de año y medio.

Al tiempo, avanza la construcción de las dos torres, una en la confluencia con la plaza de Isabel la Católica, de diez alturas y ochenta viviendas, con plazo de entrega previsto hacia finales de este año y la otra en el otro extremo, en el cruce con Vázquez Varela, compuesta por 5 sótanos para garajes, planta baja destinada a fines comerciales, 3 plantas para oficinas o usos comerciales y 9 plantas a uso residencial, en la que se materializarán viviendas en planta de 1, 2, 3 y 4 dormitorios y duplex de 3, 4 y 5 dormitorios. La fecha de entrega está prevista para finales del próximo año.

Los promotores del centro comercial han declinado actualizar datos sobre el proyecto y si ya han cerrado acuerdos con posibles marcas para instalarse en el recinto, de unos ocho mil metros cuadrados distribuidos en dos plantas y un aparcamiento para 240 vehículos.

La construcción del centro comercial es una pieza fundamental para completar la urbanización de la parcela, que significará la creación de más de 14.000 metros cuadrados de zonas verdes y espacios libres de uso público, a los que se podrá acceder a través de dos conexiones laterales a través de unas escaleras y una central desde la acera de Pizarro por medio de un ascensor panorámico.

Desde 1990

El proyecto para urbanizar la llamada “parcela de Pizarro”, que se encuentra incluida en el “PERI IV 01 San Roque A” , con una superficie superior a los 90.000 metros cuadrados y clave para la rehabilitación urbana de la trama tradicional del Barrio de Ribadavia se remonta a 1990 y ha sufrido una tramitación muy polémica y compleja, con sucesivos cambios de propiedad. El resultado final contempla menos edificabilidad que la prevista inicialmente.

Su urbanización permitirá ampliar el ancho de la calle en ese frente hasta los 22 metros y una acera de cinco metros.

Las cubiertas, formando terraza ajardinada del edificio central escalonado, que será el destinado a centro comercial, serán de uso público, igual que el parque interior, que tendrá tres accesos.