“Esto da mucho trabajo pero viendo los resultados, merece la pena”. Así lo asegura el presidente de la Hermandad de la Pasión y responsable de la coordinadora, Ángel Dorrego, aunque es una afirmación que los máximos responsables de las cinco cofradías restantes de Vigo reiteran con la pasión que proporciona participar activamente en algo en lo que se cree con todo fervor y se lleva muy dentro del corazón. “Lo hacemos porque tenemos fe; si no, ya nos habríamos marchado”, apunta Dorrego mientras recalca que es una muestra de religiosidad popular. “Al ver pasar las imágenes, una persona puede rezar, hacer un ofrecimiento o emocionarse porque le provoca un sentimiento”, explica.

Por este motivo confía en que todo el trabajo que está desarrollando la coordinadora en los últimos cinco años sirva para que la gente se decida a participar en la celebración y se convierta en una tradición que se transmita de generación en generación, superando el hecho de que Vigo sea una ciudad industrial con mucha gente de otros municipios. “Sobre todo la gente joven, a la que cuesta mucho trabajo involucrar”, detalla.

Ese mismo deseo lo expresa Manuel Núñez, de la Cofradía del Silencio, y eso que preside una de las hermandades con más socios del centro. “Nosotros siempre salimos en los últimos 50 años aunque tuvimos que cambiar los horarios porque estábamos casi solos”, comenta. Ahora, con la coordinadora, nota un aumento de la participación aunque reconoce que queda “mucho por delante” para llegar a la altura de otras ciudades.

Lo mismo opina Apolinar Quinteiro, presidente de la cofradía más joven, la de la Piedad, con sólo dos años de vida. “Para que la Semana Santa funcione en Vigo hace falta una tradición que no tenemos pero que esperamos conseguir con nuestro trabajo, cariño y sacrificio”, subraya. En los mismos términos se expresa Pilar Gil, de la Hermandad de la Virgen de los Dolores. “Ojalá alcancemos a la devoción del Cristo de la Victoria, pero para eso hace falta muchos años”, concluye.

Bouzas y Teis son dos excepciones a la regla. Tienen cofrades jóvenes y mucha participación. José Manuel Rodríguez (Bouzas) reconoce que son “privilegiados” y les anima a trabajar para mejorar. “Este año estrenamos ropajes”, anuncia.

Luis Sevilla, de Teis, también es optimista. “Nosotros acabamos de cumplir 4 años en los que pasamos de 60 a 150 cofrades y cada vez viene más gente a vernos”. “Es mucho más que un evento religioso”, concluye.