Cuatro años después de que fuera retirada de su último emplazamiento en el cruce con Príncipe para facilitar el paso de las grúas necesarias para el desescombro de un edificio desplomado, el Concello sigue sin reponer la placa artística en memoria de Eduardo Iglesias, obra del escultor valenciano Mariano Benlliure, costeada por suscripción popular y plantada con todos los honores en 1919.

La placa, un relieve en bronce que originariamente tenía una pátina verdosa, se situó inicialmente en la fachada lateral que da a la calle Eduardo Iglesias, y donde naciera el que fue abogado, político liberal y alcalde de la ciudad en 1887, fallecido en junio de 1916.

La placa permaneció en su emplazamiento original hasta que el edificio, en cuya planta baja se encontraban los Almacenes Olmedo, fue demolido para la construcción del actual, de nueva planta y dedicado también a la moda.

Intervención

Tras algunos intentos de reponer la placa conmemorativa en un emplazamiento similar al original, se optó por situar una identificativa de la calle, ajustada al modelo actual, en aluminio blanco con tipografía en negro y, después de someterla a un proceso de restauración que resultó polémico, pues se le eliminó la pátina original, dejándola pulida, se situó el relieve en el medio de la calle, casi en la confluencia con Príncipe, sobre un pedestal de granito negro que no se salvó de algunas pintadas.

El desplome de un edificio a finales de abril de 2005 obligó a retirar la estructura para facilitar el paso del transporte necesario para el desescombro del solar, permaneciendo, se supone, desde entonces la placa depositada en los almacenes municipales de Santa Cristina.

La actual calle dedicada a Eduardo Iglesias tuvo, desde que en 1887 se proyectó su apertura, varios nombres. Así, fue la calle del Circo, pues en esos terrenos se instalaban hasta que se produjo la urbanización y por estar en ella el “Tamberlick”, identificado inicialmente como Teatro- Circo. Y desde el 19 de mayo de 1931 y hasta 1936 se la denominó “14 de abril”.

De otras piezas artísticas o conmemorativas

No abundan en la ciudad las placas artísticas identificativas de calles, de ahí el interés en evitar su deterioro o desaparición, ya que forman parte significativa del patrimonio local.

Se conservan en su emplazamiento original la dedicada a López Mora, policromada, en el cruce de Peniche, donde se produce el arranque de la calle a él dedicada. Y hay otra dedicada a Taboada Leal, colgada en 1908 a petición de la Asociación de Cultura.

Queda también, de mucho menos porte, la identificativa de la Ronda de Don Bosco, retirada durante las obras de conversión del antiguo Palacio de Justicia y cárcel en el MARCO, y repuesta posteriormente .

Reseña el Cronista de la Ciudad, Vázquez Gil, la placa de mármol y bronce que el 22 de agosto de 1903 vecinos y representantes de la prensa local ofrecieron al Concello con el nombre de Luis Taboada, costeada por suscripción pública con cuotas máximas de 25 céntimos.

Y la dedicada a Elduayen, obra del marmolista José Carro y de Sanjurjo Badía, que se desplomó, por lo que el Concello encargó otra en mármol de Carrara y que costó 40 pesetas.