Un caso con inevitables comparaciones con el del profesor Jesús Neira. Un joven de Vigo de 27 años que intervino en una disputa de pareja para defender a una chica de su novio, se enfrenta hoy a un año y ocho meses de cárcel por las lesiones que en el forcejeo ocasionó al presunto agresor. Los hechos se produjeron frente a un bar de Baiona el 3 de julio de 2006, cuando el ahora acusado, I. A.M., siempre según su declaración, vio a B. M. F., vecino de la localidad de 30 años, golpeando en la cara a una chica y “arrastrarla por las escaleras tomándola del cabello”. Comenzaba entonces para él un auténtico calvario con un largo proceso judicial de tres años por el medio.

Tras recriminar públicamente su conducta al joven, éste le propinó un cabezazo en la cara mientras aún sujetaba bajo el brazo a su novia, tal y como alega la defensa. El acusado se defendió del novio empujándolo al suelo, donde le dio varias patadas que le alcanzaron en la cara y le ocasionaron una fractura de mandíbula por la que tuvo que ser intervenido esa misma noche y que según el escrito del fiscal requirió cuatro días de ingreso y tardó en curar otros 128 días.

El caso se volvió en contra de quien pretendía ayudar. Pese a ser el primero en llamar aquella noche a la Guardia Civil, I. A. M. está acusado de un delito de lesiones. De nada le valió que los agentes remitieran diligencias al juzgado por supuestos malos tratos a la joven que salió a defender, L.R. V., con lesiones en la cara, contusión nasal y arañazos por los que fue atendida en el hospital Xeral de Vigo.

El procedimiento penal abierto en el Juzgado de Instrucción 8 de Vigo en base al atestado policial y el informe médico por presuntos malos tratos fue archivado meses después tras negarse ella a denunciar a su pareja por la agresión y calificar lo sucedido de una mera “riña entre novios”.

Sin su testimonio, el supuesto caso de violencia de género quedaba así zanjado, pero no la pelea entre su novio y el joven que trató de protegerla, para el que el Ministerio Fiscal pide veinte meses de prisión por un delito de lesiones, 45 días de multa a seis euros diarios por una falta de lesiones y otros 6.572 euros en concepto de indemnización por el tiempo que tardó en curar de los golpes y su fractura de mandíbula.

Secuelas

El novio de la chica llevó el caso a los tribunales amparado en las secuelas que le dejó el accidente: daño estético moderado, hundimiento del pómulo derecho, alteración de la respiración nasal en grado leve y dos cicatrices de dos y cuatro centímetros en la mandíbula.

La defensa, por el contrario, pide la libre absolución porque entiende que la conducta del imputado no constituye delito y en todo caso se trataría de un acto en legítima defensa, pues sostiene que fue él quién recibió el primer golpe. Impugna además los informes del médico forense que evaluó las lesiones del denunciante porque asegura que no interrumpió su actividad después de ser operado en Povisa y continuó durante el verano disputando distintas pruebas automovilísticas puntuables para el Campeonato de España de Rallyes en Asturias y Costa Brava.

El espontáneo que salió en defensa de L. R. V. recibió un cabezazo, se partió el labio y recibió golpes de los que tardó tres días en curar, sin presentar denuncia contra el segundo contendiente hasta que en el último momento se dejó aconsejar y también denunció los hechos.

No tiene antecedentes así que pese a la petición de 20 meses de cárcel no ingresará en prisión. Ahora la estrategia de su representante es evitar que indemnice al denunciante en una pelea en la que intervino en defensa de un tercero.