Tres zonas verdes unidas pero con características diferentes: bosque, paseos y fuentes. Es la propuesta de los técnicos encargados de la futura urbanización de la Plaza de España. Con una superficie aproximada de 16.000 metros cuadrados, este recinto se convertirá en el espacio público urbano más grande de la ciudad junto al de la Plaza de Compostela.

Las zonas verdes se enmarcan en la urbanización completa del ámbito, que tendrá una extensión de unos 38.000 metros cuadrados y que integrará, además, cuatro bloques para unas 480 viviendas, un estacionamiento subterráneo público, dos túneles y la construcción de un anillo perimetral de cinco carriles para el tráfico.

Los jardines, que ocupan una superficie de cinco mil metros más de lo que se especificaba en el convenio urbanístico, están concebidos como una antesala al monte del Castro, al que estarán unidos por una senda peatonal que discurrirá por la calle Manuel Olivié para concluir en una escalera mecánica que llevará al viandante hasta el actual parque infantil del citado monte.

La concepción de la zona verde, a cuyo avance ha tenido acceso FARO, se basa en preservar las señas de identidad de la Plaza de España a lo largo de las últimas décadas. Así el primer área estará situada cerca de donde ahora se encuentra la gasolinera -que desaparece en la nueva ordenación- e incluirá la escultura de los Caballos. Ésta se ubicará en medio de un bosque de árboles de gran porte, de especies similares a las que hay en el monte del Castro. Para ello, toda la zona verde estará sobre tierra firme -sin infraestructuras viarias en el subsuelo- a fin de que puedan crecer sin problemas las raíces de los árboles.

La segunda zona ocupará la parte central de la plaza, que estará algo más despejada de arboleda. Diseñada como una especie de “ágora”, se plantea como un espacio de encuentro al que se accede por la zona peatonal de Manuel Olivié, que también incluye una parte de los jardines de la actual sede del Celta -único edificio que se conservará en la zona ya que está catalogado- y a través de las pasarelas que enlazan con la plaza elevada que unirá la zona comercial con los dos extremos de Gran Vía.

La tercera zona verde estará en la parte del ámbito más próxima al centro de la ciudad. Pretende ser un homenaje a la fuente luminosa que había en la plaza y que fue donada por Cesáreo González. El diseño está compuesto por dos estructuras de agua enlazadas entre sí. Por una parte una serie de regatos estrechos por los que discurrirá una corriente a distintos niveles para provocar ruido y con un juego de luces. Los regatos unirán láminas de agua con surtidores que se regularán en intensidad, a modo de pequeñas fuentes, y que dispondrán también de sus propios sistemas de iluminación.

Aislamiento

La concepción general de la plaza, de acuerdo con el avance del diseño que ahora se conoce, está basada en que se produzca un verdadero aislamiento del ciudadano en su interior, con respecto al ruido y a la circulación de vehículos. Para ello, se plantea que su nivel esté ligeramente deprimido hacia el centro y que las distintas pantallas vegetales aíslen a los usuarios de los jardines. Además, el césped que se ha propuesto para toda la zona tiene un compuesto especial que evita que sufra el deterioro al ser pisado con asiduidad.

Para conseguir que la superficie del bosque se asiente sobre tierra firme el diseño de la urbanización plantea que todo el estacionamiento subterráneo se sitúe bajo el anillo circular que se habilita para el tráfico rodado. Dispuesto en dos niveles, tendrá una capacidad para unos 600 vehículos. El acceso a la superficie de los usuarios del parking se realizará mediante cuatro ascensores dispuestos a lo largo de la plaza. El aparcamiento se extenderá también sobre una parte de los dos túneles que se incluyen en la urbanización de la Plaza de España.

La actuación en la zona verde se completa con lo que los técnicos denominan “plaza elevada”. Consiste en una estructura que unirá los dos extremos de Gran Vía con la zona comercial y con el espacio ajardinado inferior. De hecho, existirán dos rampas para conectar ambos niveles, con una pendiente aproximada del seis por ciento, suficiente para facilitar el paso sin dificultades, según los expertos.