Sin la ayuda de familiares o amigos, compatibilizar el cuidado de los hijos con una carrera profesional es todo un reto. Prácticamente imposible para aquellas mujeres que asumen en solitario el cuidado de los menores y no tienen ingresos suficientes para abonar una guardería. La solución para muchas viguesas es recurrir al Servicio Municipal de Kanguros, que facilita la conciliación laboral y familiar a ochenta mujeres de la ciudad, que reciben apoyo gratuito.

El perfil medio de las usuarias del programa de Igualdade, creado en 1991, es el de mujeres jóvenes -un 60 por ciento no llega a los 35 años- y sin pareja que comparta el cuidado de los niños. Tres de cada diez asumen su atención en solitario, lo que dificulta su acceso a un empleo o a una mejora de su educación a través de cursos o talleres.

Dadas las limitaciones del servicio, con una veintena de cuidadoras, se impone un máximo de cuatro horas diarias a las solicitantes y se analizan los ingresos económicos de la familia. Se priorizan los hogares con menos ingresos y donde hay víctimas de violencia de género.

Mal remuneradas

Según los datos oficiales del servicio correspondientes a 2007, un 40 por ciento de las demandantes, 31 mujeres, tienen ingresos inferiores a 360 euros mensuales; otras 26 están por debajo de los 600 y sólo 19 se aproximan a los 1.000, debido a que la mayoría no puede trabajar la jornada completa para cuidar a los niños tras salir del colegio.

La atención de los menores se realiza a domicilio y su objetivo es permitir a las madres o bien reforzar su formación para poder optar a trabajos más cualificados y mejor remunerados o bien ampliar su jornada, con el mismo fin de aumentar los ingresos a final de mes.

Las beneficiarias rotan, porque a medida que mejora su posición económica deben dejar paso a nuevas demandantes del servicio de canguros, muchas de ellas inmigrantes. El pasado año, las cuidadoras atendieron a 114 niños de forma individualizada y prestaron 241 servicios colectivos a asociaciones de la ciudad.

La edad de los menores que cuidan oscila de los 0 a los 12 años y como cabría esperar, la época con mayor demanda de canguros es julio y agosto, coincidiendo con las vacaciones escolares. Sólo en estos dos meses, la veintena de trabajadoras municipales realizaron el pasado año 2.985 horas, lo que supone un 33 por ciento de su actividad anual, 8.803 horas.