Mascar chicle, correr por el arcén para liberar toxinas o beber mucha agua.“Los conductores hacen de todo para intentar evitar la multa, hasta comer hierba de la cuneta antes de la segunda prueba para confirmar en el alcoholímetro de precisión”, explica el equipo de Atestados que el sábado participó en el control deVigo.

Entre la 01.00 y las 06.00 de la mañana, los seis agentes del dispositivo realizaron 300 pruebas a conductores en su mayoría en dirección Morrazo o Pontevedra.

Diez dieron positivo y dos pasarán por un juicio rápido, entre ellos, José,de 62 años, que iba camino de la ciudad del Lérez con una tasa de 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.“Considero que estoy bien, sólo bebí dos copas de Mencía”, insistía dentro del furgón de Atestados, mientras soplaba por quinta vez y le inmovilizaban el vehículo.

Más cuidado tuvieron Jesús, que viajaba con toda la familia a Pontevedra y explicaba risueño “yo soy el búho”, como se conoce al ocupante que no bebe, o Celia, de Salvaterra, que venía de una cena de Alento, la asociación de personas con daños cerebrales deVigo y que también clavó un 0,0 y pudo continuar su viaje.