Resultados esperanzadores del carné por puntos. Desde su entrada en vigor el 1 de julio de 2006, las alcoholemias registradas en el sur de la provincia se redujeron a la mitad. Lo advierte la propia Guardia Civil de Tráfico, que en su control de la madrugada de ayer en la entrada a la AP-9 desde Vigo cazó a diez conductores ebrios, "cuando hace cuatro años la cifra hubiera superado la veintena". Cambia la tendencia en que muchos positivos corresponden ahora a mujeres, cuando antes eran una excepción. Hace balance el sargento Nogueira del destacamento de Porriño, quien alerta, por el contrario, de la repercusión directa que la crisis tiene sobre las estadísticas de siniestralidad. "Por primera vez en años nos encontramos con coches con las ruedas completamente lisas, sin aceite o que se quedan sin gasolina en la carretera", indica.

Una de cal y una de arena para la seguridad vial. Aumenta la concienciación respecto a la ingesta de alcohol pero cae drásticamente el mantenimiento de los vehículos. "Estamos viendo coches de gama alta sin seguro y otros con equipos de música de 6.000 euros y cuyo dueño ahora no tiene para cambiar las ruedas. Las deficiencias en el cuidado y el retraso en la renovación de turismos se están convirtiendo en un problema grave", aseguran los agentes de la demarcación de Porriño, que cubre todo el sur de Pontevedra y es la segunda de España en número de diligencias, sólo superada por Leganés. Como novedad, están probando los test de tóxicos y en 2009 los implantarán de forma masiva como los de alcohol.

Último control

Descenso de alcoholemias y efectos de la crisis ha podido comprobarlos la Guardia Civil en Vigo durante la campaña especial de Navidad que viene desarrollando desde el día 10 con motivo de las cenas de empresa y familiares. Han intensificado los controles, que detectan una media de entre siete y diez positivos por noche, la mayoría en gente adulta, y "cada vez más en mujeres, pues los hombres las ponen al volante porque creen que tienen menos posibilidades de que las paren", explica Nogueira. Se encontraron con uno de estos casos en el dispositivo habilitado el domingo en la autopista. Metros antes del control, los agentes advirtieron que un joven se cambiaba al volante de su Peugeot con su novia. Fue uno de los diez positivos de una noche en la que también se sorprendió a un conductor sin carné. Ocho alcoholemias quedaron en multa administrativa y otras dos en las que se superaban 0,65 miligramos por litro de aire espirado pasaron a juicio rápido con un año de retirada.

"Para evitar la multa hacen de todo, hasta comen hierba de la cuneta"

a. m.

Mascar chicle, correr por el arcén para liberar toxinas o beber mucha agua. "Los conductores hacen de todo para intentar evitar la multa, hasta comer hierba de la cuneta antes de la segunda prueba para confirmar en el alcoholímetro de precisión", explica el equipo de Atestados que el sábado participó en el control de Vigo.

Entre la 01.00 y las 06.00 de la mañana, los seis agentes del dispositivo realizaron 300 pruebas a conductores en su mayoría en dirección Morrazo o Pontevedra. Diez dieron positivo y dos pasarán por un juicio rápido, entre ellos, José, de 62 años, que iba camino de la ciudad del Lérez con una tasa de 0,67 miligramos de alcohol por litro de aire espirado. "Considero que estoy bien, sólo bebí dos copas de Mencía", insistía dentro del furgón de Atestados, mientras soplaba por quinta vez y le inmovilizaban el vehículo.

Más cuidado tuvieron Jesús, que viajaba con toda la familia a Pontevedra y explicaba risueño "yo soy el búho", como se conoce al ocupante que no bebe, o Celia, de Salvaterra, que venía de una cena de Alento, la asociación de personas con daños cerebrales de Vigo y que también clavó un 0,0 y pudo continuar su viaje.